Por Gabriela Orihuela
No podemos negar que el patriarcado surgió mucho antes que el capitalismo y que existen sociedades pre-capitalistas donde la violencia de género impera y cobra fuerzas. Pero, otra realidad innegable es que, con la aparición y asentamiento del capitalismo, se reforzó la división sexual del trabajo: el trabajo para el mantenimiento de la vida (trabajo reproductivo o del cuidado) atribuido a las mujeres, y el trabajo para la producción de los medios de vida atribuido a los hombres.