Por Aurika Rubio
Los primeros asomos de joyas proceden de África. Existen piezas del Paleolítico superior que demuestran que los hombres de Cromañón elaboraban collares y brazaletes de huesos y dientes, así como piedras que colgaban en trozos de cuerdas y de huesos tallados, para abrochar sus prendas.
Este complemento es mucho más antiguo que otros más comunes, como es el brazalete y el anillo. En culturas como la egipcia y la mesopotámica, los collares de amuletos eran populares para alejar el mal de ojo y brindar protección espiritual. Los griegos limitaron su uso a las mujeres.
Los collares no son solo piezas de joyería, son accesorios de estilo personal y expresiones únicas de los gustos de cada persona. Cada tipo de collar cuenta su propia historia y aporta un carácter único a tu atuendo.