Por Marilys Suárez Moreno
A Martí nos acercamos con el corazón apretado en cada aniversario de su muerte, cuando su recuerdo nos acompaña a la distancia de la memoria. Solo 42 años tenía cuando certificó su orgullo y obligación de dar su vida por Cuba y por su deber.Cargados con unas pocas armas y muchos sueños en el morral, fueron los días de campaña de Martí y el resto de los emigrados que lo acompañaban en su itinerario de Playitas a Dos Ríos, el lugar de su caída en combate.