Por Marilys Suárez Moreno
Si algo distinguió la vida de Amalia Simoni Argilagos e Ignacio Agramonte y Loynaz fue el inmenso amor que se profesaban y el acendrado patriotismo y ansias de libertad que ambos sentían.
Decididos los camagüeyanos a secundar el movimiento insurreccional iniciado por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 en su ingenio La Damajagua, Agramonte se alzó en armas días después, el cuatro de noviembre, en el lugar conocido por Las Clavellinas, cerca de Nuevitas.