lunes, 8 de septiembre de 2025

La Casa de Orientación a la Mujer y las Familias, espacio necesario en la comunidad



Ilustración Martirena, tomada del periódico El Artemiseño.

Por Rosmerys Bernal Piña

Todo comenzó con celos por amor como suelen decirnos para justificar su machismo, luego fueron las manipulaciones, el control, los chantajes emocionales  y finalmente, tras dos años de relación casi pierdo la vida. Estas fueron las palabras de una sobreviviente de violencia de género, una mujer de 58 años que hoy agradece el apoyo que recibió en la Casa de Orientación a la Mujer y las Familias del municipio Plaza de la Revolución en La Habana. 

Este lugar, hasta entonces desconocido para ella, se convirtió en refugio en medio de su desesperación, y aunque aún no se siente preparada para presentarse públicamente, desea que otras mujeres en situaciones similares sepan que no están solas y siempre deben buscar ayuda. 

En la Casa de Orientación, desde el primer momento la escucharon, la aconsejaron y la asesoraron sobre sus derechos, gracias a un equipo de profesionales especializados que trabajan con gran sensibilidad y empatía, aseguró a esta revista. 

Con ese apoyo y el de las autoridades pertinentes su caso fue llevado a juicio y logró que el agresor fuera juzgado por sus acciones. 

Es apenas uno de los casos que acompaña esta Casa de Orientación  como parte de las Consejerías Municipales de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), una iniciativa para brindar atención y apoyo a las víctimas de violencia.

Se requiere visibilizar más las acciones que se realizan en estos espacios de la FMC, llegar a la comunidad, a cada hogar y a todas las mujeres que lo necesiten.

Milagros Samón Quiala, coordinadora de la Casa desde 2024 y colaboradora por más de 20 años, explica que hasta allí han llegado personas de todos los municipios de la capital, incluso de otras provincias. Algunas por recomendación, otras luego de ver reportajes en la televisión sobre el trabajo que realizamos y también quienes viven lejos y desean pedir ayuda con discreción fuera de su entorno. 

Para Milagros, quien es Máster en Prevención, resulta fundamental lograr empatía con la persona que se acerca buscando ayuda, transmitirles seguridad y sobre todo saber escuchar. 

El trabajo coordinado con especialistas de otras instituciones, que muestren sensibilidad y compromiso ante estas problemáticas, resulta vital para fortalecer los mecanismos de protección y la capacidad de respuesta en situaciones de violencia.

De igual forma se debe lograr una vinculación más estrecha entre las Casas de Orientación de los diferentes territorios para que exista una mejor comunicación y puedan brindar el acompañamiento y seguimiento oportuno a las víctimas.

Regla, secretaria general de la FMC de Plaza de la Revolución y Milagros, coordinadora de la Casa de Orientación de Plaza. Foto: Favio Vergara.

Regla Ileana Esponda Cardoso, secretaria general de la FMC del municipio Plaza de la Revolución, detalló que desde esta organización y con el apoyo de la Casa de Orientación pretenden desarrollar acciones en los consejos populares de este territorio para brindarle a la comunidad mayor información sobre el trabajo que vienen realizando para acompañar a las mujeres y las familias. 

Casa de Orientación, un espacio necesario en la comunidad 

Este 8 de septiembre, las Casas de Orientación a la Mujer y las Familias cumplen 35 años de creadas por iniciativa de la eterna presidenta de la FMC, Vilma Espín Guillois, para impulsar el trabajo comunitario de esta organización y concientizar sobre el papel de la mujer en la familia y la sociedad. 

En la actualidad, continúan siendo ese espacio que ofrece cursos de preparación y desarrollo de habilidades, promoción de salud, talleres, debates y reflexión grupal en áreas como la educación, la comunicación familiar, la sexualidad, los diferentes tipos de violencia, autoestima y orientación psicológica, entre otros.

Foto: Eduardo Douglas Pedroso, tomado del Tribuna de La Habana

Sin embargo, su realidad no es ajena al contexto cubano y a la difícil situación económica y social por la que atraviesa el país. 

A lo interno de las Casas de Orientación, en muchas ocasiones se dificulta contar con todos los profesionales que se necesitan para los programas de adiestramiento, la orientación individual, el trabajo grupal y las consejerías. 

En ese sentido, se debe resaltar el compromiso, entrega y responsabilidad de los colaboradores, que sienten como suya estas casas y trabajan de manera altruista.

Uno de los retos que tienen hoy es conservar a los profesionales que ya forman parte de estos espacios, muchas veces como voluntarios, pero también sumar a quienes reciben allí adiestramiento y luego pueden replicar sus experiencias como educadores.

Desde la Federación de Mujeres Cubanas se reconoce la necesidad de acercarlas más a las comunidades.

Sobre el tema, Anierka Hernández del Monte, miembro del secretariado nacional de esta organización, se refirió a la importancia de llegar a los consejos populares y buscar personas de la comunidad que puedan impartir una consejería de violencia desde allí, por ejemplo.

Anierka Hernández, integrante del secretariado nacional de la FMC. Foto: Tomada de Prensa Latina.

Las Casas de Orientación son identidad de la FMC, pero debemos seguir trabajando en la divulgación de su trabajo, para que todas conozcan sobre ese espacio y sepan que pueden acercarse allí, agregó Hernández del Monte, quien se encarga de la esfera de Atención a la Mujer y la Familia.

Afirma que el reto es llegar a esas personas que no saben qué hacer, ni a dónde acudir, para darle solución a sus problemas.

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