Desde hace más de treinta años, Olga Barrios Hernández, mantiene largas conversaciones con José Martí. Le habla como si aún viviera, como si fuera su vecino, su compañero, su compatriota de cientos de batallas, en las tierras de Pinar del Río.
Dice que al Maestro lo ve por todas partes, y le cuenta la historia de sus días, y siente que renace y lo ve multiplicado.
“Martí nos enseñó el valor de la independencia, la dignidad y el patriotismo, no importa cuán duras sean las circunstancias”.
Ella le ha contado casi todo, siempre en verso rimado, aunque poco sepa de métricas. No es una poetisa, asegura.
“Solo he sido una educadora de varias generaciones, a las que siempre inculqué el valor de estudiar a Martí”.
Se dedicó al magisterio, tras un llamado a los jóvenes de su época en el año 1968. Se consagró a la enseñanza de la historia de Cuba para alumnos de primaria hasta la media superior.
Cuenta entre sus momentos más felices el haber acompañado el proyecto de formación de las escuelas de instructores de arte.
Antes de entrar en materia métrica, Olga cuenta que conoció a Juan Almeida Bosque, cuando ella fue a cumplir su promesa de hablarle a Martí, más cerca, donde descansa eterno, en el Cementerio de Santa Ifigenia.
Allí, el Comandante de la Revolución la escuchó susurrar sus versos al Apóstol de la Independencia y la invitó a una Tribuna Antimperialista, en el municipio de Bahía Honda.
“Yo no sabía que era Almeida, él atendió lo que dije sin interrumpirme. Me conmovió su sencillez y humildad. Días más tarde, unos dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) fueron a la Escuela Secundaria Básica Urbana Ceferino Fernández, donde yo laboraba, con el encargo de invitar a una pionera que se llamaba Olga a hablar en la tribuna de la Revolución, programada para aquel fin de semana. Fue muy simpático, la pionera era yo, pero con muchos más años de lo normal”.
A Olga no le resultó suficiente su peculiar forma de comunicarse con José Martí, por lo que decidió escribir una biografía en versos en 1995, a propósito del Centenario de su Caída en Combate. Fue su mejor homenaje.
“La concluí en dos años. Exigió de una revisión bibliográfica muy detallada. El libro fundamental consultado fue Nuestro José Martí, del autor cubano Herminio Almendros. Tuve la experiencia de visitar lugares relacionados con la vida y obra del Apóstol de la Independencia, como su Casa Natal, La Fragua Martiana, Dos Ríos, entre otros, y de compartir con estudiosos de todo el país en diferentes eventos”.
Luego de concebido el texto, diseñado para niños y adolescentes, se dio a la tarea de presentarlo en diversos eventos y proponer su novedoso estudio.
“Conseguí rimar los aspectos más relevantes. Trabajé con escolares de varias edades y logré que se interesaran en conocer a José Martí, a través de estrofas en 15 capítulos que relatan desde su natalicio el 28 de enero de 1853, hasta su caída en combate el 19 de mayo de 1895. Ese momento en que imaginé su muerte fue doloroso, parecía que lo había visto con mis propios ojos”.
1853
Una madrugada fría
allá en La Habana nació,
un niño que luz nos dio
porque era un sol que surgía.
La patria se estremecía
porque en su alma sintió,
que cuando el niño lloró,
por ella era que lo hacía.
El cincuenta y tres traía
ese veinte y ocho de enero,
a un niñito muy sincero
que ya por Cuba sufría.
El XIX se erguía
como un siglo de esplendor,
porque percibía el valor
del héroe que en él nacía.
Leonor Pérez acunaría
al niño que ella alumbró,
Mariano Martí acogió
al hijo y lo bendecía.
Primogénito sería,
este astro que brilló,
José Julián se llamó, y
por Pepe respondía
1895
Una angustia dolorosa
Lloraba cada mambí,
Yo a Cuba sangrando vi
Yo vi a las palmas llorosas.
Y al cielo que paría rosas,
Para cubrir a Martí.
Cuando la muerte es así,
Por sobre todas las cosas,
Nos deja herencias preciosas
Perdura el ejemplo, sí.
Recordémoslo así
Con su luz larga y hermosa,
Leamos sus versos, su prosa
Estudiemos a Martí.
“Recuerdo la emoción de los alumnos cada vez que se aprendían las estrofas en orden cronológico. Desarrollé el proyecto a través de Círculos de Interés en varias escuelas primarias de la Ciudad de Pinar del Río.
Lo interesante es que no solo aprendían de Martí, sino también de geografía, historia, biología, y, sobre todo, complementaba la enseñanza de la lengua española con énfasis en la ortografía y gramática. Los niños siempre me esperaban con mucha emoción y aprendían los versos con facilidad.
Esos niños a los que enseñé la biografía de José Martí en versos ya tienen más de 30 años. Y con mucho orgullo los oigo recordarme como la maestra de Martí”.
Aunque hace algún tiempo Olga disfruta de su merecida jubilación, conserva su empeño de seguir desarrollando el proyecto, y más en estos momentos – refiere- en que se lee menos el libro tradicional y se emplea más tiempo en aparatos propios de la era digital.
En ocasiones le solicitan cooperación para las actividades culturales que preparan los artistas aficionados pinareños. Ha encontrado en su nieto de siete años, un vocero fiel de sus creaciones. Nos recuerda los momentos en que su pequeño, integrante de la conocida Colmenita de Pinar del Río, ha interpretado estrofas de la biografía de José Martí en versos.
“Me llena de orgullo y emoción y me encantaría retomar esa actividad, acercar a la infancia a Martí, de una forma didáctica, amena.
Muchas personas que me conocen saben que soy profundamente martiana, no hay dificultades que me venzan, siempre hallaré en el Maestro el motivo de resistencia y la inspiración mayor”.
Yo sigo enamorada
De tus ideas, Martí,
Y cada Enero para mí,
Es de alegría renovada
Pero Olga no concibe evocar a José Martí sin representarse la sempiterna imagen de Fidel.
“El Comandante eterno fue el mejor alumno, hizo realidad sus sueños”
Todo el que lo ame a él
Siente una gran emoción
Fidel es Cuba en acción
Fidel es honestidad
Fidel es la dignidad
Es Patria y Revolución
Fragmentos de la biografía
La obra Abdala la escribe
Martí con dieciséis años
Y aunque con nombres extraños
Es Cuba la que vive.
Ya para su Patria Vive
Ya se entrega a su ideal
Ya hay rosas en el rosal
Que cultivara Mendive.
Un dolor grande percibe,
Martí, porque su Maestro
Ha sido objeto de arresto
La tristeza lo persigue.
El maestro lo recibe
A diario allí en su prisión,
Y toda su gran pasión
Martí con fervor exhibe.
La amistad crece y prosigue
Entre Fermín y Martí
Y un suceso se da, si
Que hace que más fuerte brille.
España que es tan proclive
A cometer injusticia,
A Fermín y a Pepe enjuicia
Porque una carta se escribe.
¡Ay! Para Pepe se pide
Seis años en la prisión,
Seis meses a Ferminón
La injusticia es quien decide.
La cantera ahora recibe
A nuestro joven Martí
Y el gran horror que ve allí
Con sangre después describe.
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