Por Orlando Fombellida Claro
Solo cinco alumnos estudian en la escuela primaria multigrado Rafael Marzán Chacón, ubicada en plena Sierra Maestra, en el asentamiento La Cristina, perteneciente al municipio Buey Arriba, en la suroriental provincia Granma.
Los educandos cursan los grados primero, segundo, cuarto y quinto, y todos tienen como maestra a Idalia Rodríguez Guerrero, quien aseguró en exclusiva que para el desarrollo del proceso docente educativo en el actual curso 2024-2025, cuentan con los libros de texto, lápices, libretas, tizas y otros materiales necesarios.
Cuando uno de esos alumnos escribe en la pizarra el nombre de Fidel, con la sencillez propia de la gente del campo, improvisa una presentación frente a la cámara de un celular; tal vez ninguno sea consciente de que en su cotidianidad perviven la grandeza de la obra educacional de la Revolución, y aquella promesa bajo la cual tomaron posesión de sus aulas serranas los primeros Maestros Voluntarios, en septiembre de 1960.
Entonces, el himno de aquel contingente anunciaba que "las aulas de los montes se abrirán a la verdad, y nunca más se cerrarán, porque sus maestros tienen ya, que están prestos a enseñar.
La Rafael Marzán Chacón y sus instituciones homólogas Julio Antonio Mella y Agustín Varona García , de los aledaños barrios Yao Vivero y San José, respectivamente, agrupan un total de 47 estudiantes, como parte de una dirección zonal donde el trabajo educacional se desarrolla con calidad, afirmó su máxima responsable, Yuniesky Alcolea Medina.
Como esos planteles, en Granma, funcionan otros 301 centros con matrículas que van desde uno hasta 10 niños, precisó Marelis Franco García, jefa de Educación Primaria en la Dirección Provincial del sector.
A los efectos del sistema educacional gratuito y universal de nuestro país, dijo, las escuelas rurales son la modalidad a partir de la cual se busca garantizar ese derecho humano a la población que reside en los campos, y especialmente en zonas de difícil acceso.
Por lo general, en ellas coinciden diferentes niveles de enseñanza en una sola aula y con el mismo maestro, aspecto que plantea desafíos únicos para educandos y docentes; no obstante, la calidad del proceso es siempre la prioridad, con independencia de la ubicación geográfica del plantel, subrayó.
Con enfoque en el desarrollo integral y la promoción de valores morales como la responsabilidad, el patriotismo y la solidaridad, también comparten características claves para su funcionamiento, lo cual asegura una formación integral y equitativa de infantes entre seis y 11 años.
A pesar de los desafíos que impone la actual situación económica de la Isla, contamos con el potencial humano y material necesario para seguir trabajando, enfatizó Franco García. Así lo evidencian ejemplos como los de Idalia, Yuniesky y los cientos de profesores que laboran en las instituciones diseminadas por el extenso lomerío y otros lugares apartados de la muy diversa geografía granmense, donde mantiene plena vigencia el lema de quienes los antecediero
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