lunes, 18 de noviembre de 2024

Milagros y Lorena, vínculo consanguíneo y deportivo



Fotos: Agustín Rodríguez Sam

Por Orlando Fombellida Claro

Consanguinidad y amor por el baloncesto unen a las cubanas Milagros Verdecia Rodríguez y Lorena Blanco Verdecia, madre e hija residentes en el costero municipio de Campechuela, en la suroriental provincia Granma.

Atleta de alto rendimiento entre los años 1993 y 2000, Verdecia Rodríguez subrayó que, en esa época, la práctica de la disciplina en el territorio tenía muy buenos resultados y mucho nivel.

En diálogo exclusivo, evocó lindos recuerdos de su participación en una competencia nacional, las varias ocasiones en las cuales integró la preselección del país, y la medalla de bronce que ganó en Juegos Escolares.


Tras su retiro del deporte activo, hace dos décadas, puso conocimientos y experiencias al servicio de las nuevas generaciones de baloncestistas locales, entre las cuales figura su Lorena, de solo 17 primaveras.

Aseguró que desde niña mostró aptitudes, y gracias a buenos profesores las ha podido desarrollar, primero en Campechuela y luego en la Escuela de Iniciación Deportiva de la provincia.

El año pasado jugó como refuerzo del equipo de Ciego de Ávila, acreedor del tercer lugar en la Liga Superior de Baloncesto, donde ella logró buen desempeño, por lo cual ahora volvieron a solicitarla, refirió con orgullo Milagros.


Precisó que también en 2023, otra de sus alumnas, Thalía Lavín Figueredo, reforzó al conjunto de Pinar del Río; mientras para los actuales Juegos Escolares Nacionales preparó a las niñas Dayana Lavín Figueredo, Dayana Guisado Rivero y Leidys Hernández Enamorado, en cuyas buenas actuaciones confía.

Para su mejor trabajo como entrenadora, Milagros resaltó el apoyo de la Dirección Municipal de Deportes de Campechuela, y las magníficas relaciones con los padres de sus pupilas, todo lo cual contribuye a que las jóvenes promesas sean sistemáticas, puedan obtener resultados y desarrollarse como atletas.

La mayor recompensa, agregó, llega con los avances de sus alumnas, tanto en el aspecto deportivo, como a nivel humano y social; incluida entre ellas su hija, por supuesto.


Mi madre es la mejor amiga, el ejemplo y guía. Su amor y constancia constituyen la inspiración para superarme todo lo posible, aseguró Lorena.

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