viernes, 20 de septiembre de 2024

Miradas a la labor del cuidado



Carmen Maturell Senon

¿Qué significa reconocer los cuidados como un derecho?, ¿cómo se reconoce en el Código de las Familias y qué protección jurídica poseen quienes ejercen cuidados?

Con esas interrogantes, que ponen en tela de juicio la política de cuidados en Cuba, inició el panel El Cuidado como derecho en la consolidación del Sistema Nacional integral para la vida, coordinado por la socióloga Magela Romero Almodóvar, en la X Conferencia Internacional Mujer, Género y Derecho.

Cuando se habla de cuidados, se alude a las actividades que permiten proteger y regenerar la vida, por tanto, supone un trabajo, remunerado o no, que enfrenta actualmente desafíos en la sociedad cubana derivados del envejecimiento poblacional, el saldo migratorio externo e interno, el decrecimiento de la población en edad laboral; así como los problemas económicos que afectan al país.

Según Ana María Álvarez Tabío, profesora titular de la Universidad de La Habana e integrante de la directiva nacional de la Sociedad cubana de Derecho Civil y la Familia, «los cuidados son el cimiento para el desarrollo de la humanidad» y reconocerlo implica corresponsabilidad entre el Estado y la familia, incorporar su valor económico, además de desligarlo de los roles de género. No hacerlo, puntualizó, significa desequilibrio, inequidad, desigualdad y vulnerabilidad.

En este sentido, Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la Unión de Juristas de Cuba, argumenta que cuando acompañamos a una persona, le leemos, o conversamos, se considera trabajo de cuidados. Muchas mujeres no solo se dedican al trabajo de cuidados de sus hijos, madres y padres, también cuidan a suegras, a suegros y son las reglas familiares que se hacen».

Una de las normas que constituye un logro en la sociedad cubana es el Código de las Familias, en el que se garantiza la existencia de este ejercicio y se reconoce los derechos de las personas que han sido cuidadoras familiares, lo que permite la posibilidad de desarrollarse. Además, existen actualmente 15 mipymes dedicadas a estos servicios.

Pero consciente de que la acción de cuidar ha sido un trabajo poco visibilizado, el Estado cubano asumió el compromiso de colocar los cuidados en el centro de un modelo de desarrollo que aspira a la sostenibilidad, la justicia y la equidad social: el Sistema Integral de Cuidados para la Vida, una herramienta que provee la coordinación intersectorial y el avance ordenado y flexible de los cuidados.

No obstante, esto implica transformar las relaciones de poder existentes, porque en la base de todos los sistemas integrales de cuidado está la aspiración de modificar nuestra sociedad y la organización social.

Al respecto, Romero Almodóvar, coordinadora de la red de cuidados, resalta que lo anterior es la base de la propuesta, además de que se debe «monitorear los resultados. Pues conlleva a la ampliación de la protección y la creación de estrategias para garantizar la autonomía a las personas cuidadoras».

Sin embargo, aún se necesita valorar todas las oportunidades perdidas en el ámbito laboral por quienes desempeñan el trabajo de cuidados. Es importante la sensibilización y capacitación de los profesionales en materia de género. Y, al decir de Romero Almodóvar, aspirar como sociedad a la flexibilidad en los modelos de cuidados.

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