Por Aime Sosa Pompa
Cada 30 de septiembre se celebra el Día Internacional del Podcast, un medio que ha evolucionado con rapidez y ha encontrado múltiples posicionamientos entre una audiencia global diversa. Esta celebración no solo destaca la popularidad de los podcasts, sino también todas esas voces que tradicionalmente han sido marginadas en la industria del audio.
Desde sus inicios, hacer podcasts --con todo lo que implica y desde un simple celular conectado a la internet-- ha ofrecido variadas plataformas a quienes no tienen cabida en los medios convencionales, visibilizando historias y experiencias únicas.
La mayor evolución del podcasting comenzó a finales de la década de 2000, cuando pioneros tecnológicos y narradores se dieron cuenta de que podían compartir contenido de audio a través de internet. Sin embargo, fue durante la pandemia de COVID-19 que alcanzó su mayor auge, pues se convirtió en una fuente fundamental de entretenimiento y educación durante el confinamiento.
Aunque todavía es difícil discernir quién fue la pionera, las mujeres, en particular, hemos aprovechado para contar nuestras historias y crear espacios de diálogo y visibilidad. Incluso, hoy día, estamos a la vanguardia de la producción de contenido, no solo como anfitrionas, sino también como productoras, escritoras y creadoras.
Un estudio reciente revela que, aunque la industria del podcasting sigue siendo predominantemente masculina en términos de representación, las iniciativas dirigidas por mujeres y desde una mirada de género están en aumento. Este cambio de paradigma es fundamental para garantizar que se escuchen y validen múltiples perspectivas.
Ahí, entre esos pilares, se aposenta La Casa Violeta. Desde los primeros días de su estreno, con motivo del 8 de marzo, Día internacional de la Mujer, lo que comenzó siendo un proyecto para nada pequeño se fue transformando en 14 emisiones que han sido partos seguros y voluntariosos.
Un pequeño colectivo de radialistas aspira a estar en el centro las experiencias, luchas y aspiraciones de las mujeres, muchachas y niñas de toda Cuba. Saben que aún falta mucho por caminar y por desaprender; sin embargo, han logrado amplificar liderazgos como un espacio inclusivo, donde todas las identidades de género sean respetadas y valoradas.
Isabel Moya Richards y Violeta Casal, figuras inspiradoras, son las pilastras que sustentan esta iniciativa, cuyo lema es claro: "Desde el archipiélago transmite Casa Violeta, primera radio online feminista en Cuba". Su programación es diversa y enriquecedora, destacando producciones como "Ancestras", un podcast que honra a pioneras que han marcado el camino hacia la equidad.
"¿Y por qué yo no?" se enfoca en entrevistas a mujeres que han superado obstáculos en contextos de discriminación, mostrando su determinación con relatos personales inspiradores. Otro de los ejes de la radio es "La Hora Violeta", una revista dinámica que resume el pulso del universo feminista, promoviendo diálogos y sensibilidades.
En cada emisión se escucha el eco de un mensaje esperanzador: "Así somos... Universo, Planeta, Cuba, Voces", un recordatorio de la conexión entre la diversidad de experiencias y la lucha por un mundo más justo.
Una de las grandes sorpresas de esta Casa, con colores diferentes en el espectro sonoro del país, fue el premio de periodismo digital ganado en el concurso periodístico “Ricardo Sáenz” de La Habana.
Este podcast, dedicado al XI Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, aborda con integridad la problemática de la mujer cubana a través de opiniones de entrevistados, quienes, en un balance objetivo, reconocen logros en el tratamiento al género y advierten sobre los problemas aún persistentes. La conducción, realización del sonido y edición bajo reglas de las técnicas radiales, complementan la exquisitez de la entrega y hacen más potable la escucha de los más de 20 minutos del material.
Si las casas violetas en todo el mundo son reconocidas como refugios para mujeres que enfrentan violencia y acoso; es de esperar más luces y buenas nuevas con esta radio online, múltiple como las personas soñadoras y hacedoras que la integran; incansables ante apagones, desconexiones y viajes a provincias; sensible con un enfoque en el futuro; con los que quieren de todo corazón y potencia ser un faro de información y empoderamiento, un efectivo lugar sonoro de enunciación y resistencia, crucial en un mundo donde las luchas por la igualdad de género continúan.
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