Feminismos en debate desde la Escuela Berta Cáceres

 

Fotos: Equipo de comunicación y síntesis de la Escuela Feminista Berta Cáceres

Por Marilys Zayas Shuman

Reconocernos, acompañarnos y reorientar las luchas son algunos de los objetivos de la Escuela de Formación Feminista Berta Cáceres, que puso en debate los retos de los feminismos.

Durante el intercambio, las participantes alertaron sobre la importancia del reconocimiento de la historia que ha borrado a las mujeres y su protagonismo, por lo que consideraron necesario revindicar su ejercicio político y las luchas por los derechos y transformaciones, así como cuestionar sus referentes al reconocerse como sujeto político plural.

El análisis patentizó que los sistemas de opresión relacionados con el poder y los privilegios han marcado la historia de las mujeres y, como alternativa, se propone actualizar a las nuevas generaciones para que no usen referencias que invisibilicen a las comunidades negras y defiendan espacios que permitan nombrar nuestras contradicciones y ponerlas en contexto, rescatar los cantos y todas las formas comunitarias y prácticas que se han guardado.

Entre las propuestas presentadas, se pensó en el feminismo decolonial, que busca desmantelar las estructuras de opresión basadas en la colonialidad y el patriarcado, reconociendo la diversidad de las mujeres y su historia, para construir una sociedad más justa e igualitaria, con el conocimiento de las raíces históricas y culturales, las narrativas de las ancestras y la lucha de los pueblos originarios para comprender las estructuras de opresión.

Se reconoció la intersección del patriarcado, el colonialismo y el racismo, considerando las diferentes experiencias de las mujeres para posicionar en el análisis la búsqueda de una comunicación libre de colonialidad, con tecnologías propias y prácticas digitales que las empoderen.

Las participantes concluyeron que los feminismos se transversalizan de disímiles formas, pues buscan descolonizar la construcción de la belleza, el deseo y la sexualidad, liberando a las mujeres de los estereotipos y la opresión.

De esta forma se garantiza la autodeterminación y fortalecen las capacidades de este sector poblacional y su participación en la lucha política.

Proponen, además, la descolonización de la religión, que es una herramienta de opresión colonial, y la defensa del estado plurinacional, que reconozca y respete la diversidad cultural y la autonomía de los pueblos.

De igual forma, se reflexionó sobre las necesidades del feminismo negro abolicionista, considerado como un marco político de las experiencias y talentos de mujeres y personas no binarias en la lucha; un feminismo que reconoce la violencia estructural del Estado y sistema carcelario, que busca soluciones a partir de la sabiduría y las viviencias.

Se consideró que este debe incluir el conocimiento de la historia, involucrarse en ella, reconocer la interconexión entre violencia sexual y racismo, unificar la identidad a través de talleres y conversatorios.