sábado, 27 de julio de 2024

Ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos París 2024: celebración de la historia, la cultura y el empoderamiento femenino



Por Lianne Garbey Bicet

Este 26 de julio, París se iluminó con la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, un evento que no solo marcó el inicio de la competición deportiva más esperada del mundo, sino que también rindió homenaje a la rica historia y cultura de Francia. Con un enfoque innovador y un mensaje poderoso, la velada se convirtió en un espectáculo fluvial único que celebró la libertad y la igualdad.

La ceremonia se llevó a cabo a lo largo del río Sena, transformando la ciudad en un escenario inigualable, donde más de 10 mil atletas de 206 países desfilaron en barcazas decoradas con símbolos nacionales.

Este formato inédito permitió que aproximadamente 600 mil espectadores presenciaran el evento en vivo, mientras millones más lo seguían a través de transmisiones globales.

La elección del Sena como telón de fondo no solo fue un acierto estético, sino que también simbolizó la conexión de París con su historia y su papel como centro cultural.

El espectáculo se centró en los valores de "Liberté, Égalité, Fraternité", pilares de la Revolución Francesa. Mediante actuaciones que combinaban danza, música y teatro, se exploraron estos temas fundamentales.

La narrativa visual incluyó referencias a momentos históricos, como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y la Revolución Francesa destacando la lucha por la libertad y la igualdad que ha caracterizado a la nación a lo largo de los siglos.

Un espíritu que estuvo muy bien representado por la cantante Axelle Saint-Cirel, quien interpretara magistralmente la Marsellesa en un momento en que la lluvia empezaba a arreciar y desanimaba a la multitud congregada alrededor del Sena.

Además, la narración de la historia del país europeo incluyó a mujeres que han dejado una huella en la cultura y la sociedad, como la escritora e ícono feminista Simone de Beauvoir; la política Simone Veil, quien impulsara la legalización del aborto en Francia; la cineasta Alice Guy y la pionera del olimpismo femenino Alice MIlliant.

Este aspecto no solo celebró la contribución de las mujeres a la historia de la República francesa, sino que también envió un mensaje poderoso sobre la importancia de la igualdad de género en todos los ámbitos.

Es válido destacar que uno de los tópicos más destacados fue el papel central de las mujeres. Artistas de renombre como Lady Gaga, Angèle, Ana Nakamura, Christine and the Queens y otras figuras icónicas del arte y la música femenina se unieron para ofrecer actuaciones deslumbrantes que celebraron la diversidad y el empoderamiento.


Uno de los momentos más destacados fue el regreso de Celine Dion a los escenarios. La icónica cantante canadiense interpretó "Hymne à l'amour" de Édith Piaf, bajo una lluvia artificial que simulaba destellos. Con la Torre Eiffel como telón de fondo, Dion cautivó al público con su poderosa voz, demostrando su fortaleza tras superar el síndrome de la persona rígida que la había mantenido alejada de los escenarios durante cuatro años.

Las artistas lucieron espectaculares atuendos diseñados por las casas de moda más prestigiosas, como Dior y Chanel. Los trajes, que combinaban elementos tradicionales franceses con toques modernos, destacaron la elegancia y el estilo que caracterizan a la ciudad, simbolizando la influencia de París en el mundo de la moda y la alta costura.

La antorcha olímpica, llevada por un misterioso encapuchado por los tejados de París, simbolizó la conexión entre el pasado y el presente, y fue encendida en un pebetero que representó la innovación y la creatividad de la nación.

Esos minutos sirvieron de pretexto para el homenaje a atletas contemporáneas que han roto barreras en el mundo del deporte, como Serena Williams y Nadia Comanecci. La llama se elevó en un globo desde el Jardín de la Tullerías, como broche de oro para esta excepcional inauguración.


El evento culminó con un espectacular despliegue de fuegos artificiales y luces que iluminaron el cielo parisino, dejando una impresión duradera en todos los asistentes. A pesar de los desafíos logísticos, como la fuerte lluvia, prevaleció el espíritu de unidad, sororidad y celebración, que convirtió la ceremonia de apertura de París 2024 en un evento histórico que será recordado a través del tiempo.

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