Marta Campos en concierto. Foto: Tomada de Periódico Venceremos
Por María del Carmen Mestas
El horizonte sonoro de la Nueva Trova se ha engrandecido con la presencia femenina. Son muchas las cantautoras que desde una mirada vivencial han abordado distintas cuestiones: el amor, la patria, lo social, el machismo. En su prisma está la perspectiva de género. Sin las ataduras de los prejuicios y convencionalismos sociales cantan a lo que las sensibiliza y sienten auténtico. Con influencias del filin, el son, la música campesina, entre otras, en sus poéticos textos se aprecian notables valores musicales. Toda una renovación estética.
DE LOS COMIENZOS ACÁ
Iniciadoras de la trova tradicional fueron Angelita Bequé, Justa García, Ana María García, Hilda Santana, Gina del Valle, Dominica Verges y María Teresa Vera, la cantora mayor.
No podemos dejar de mencionar en distintas etapas los dúos de hermanas: Martí, Ferrín, Fáez, Romay, Junco, Reyes, Las Bayamesas. En otros duetos, Voces del Caney, que integraron Dulce María Ibar y Mirta Bell y Melodías cubanas. Un espacio importante en nuestro cancionero trovadoresco lo ocuparon tríos como el de las Hermanas Márquez y el armónico de las Lago.
Hoy, la lista incluye nombres relevantes en la acuarela musical de la Isla como las precursoras Teresita Fernández y Marta Valdés. Se suman Mirian Ramos y la inolvidable Sara González. Además, Marta Campos, Anabel López, Xiomara Laugart, Gema Corredera, Rita del Prado, Heidi Igualada, Liuba María Hevia, Yamira Díaz, Niurka Ribot, Lázara Ribadavia, Niuska Miniet, Yaíma Orozco, Aurora de los Andes Feliú, Vionaika Martínez, Amanda Cepero, , Rochy Ameneiros, Annia Garcés y muchas más…
DE LA NUEVA TROVA
Sin renunciar a lo más auténtico de nuestras raíces musicales, la Nueva Trova le otorga a la canción otra dimensión: textos elaborados poéticamente con indudables valores literarios, reflejos de la época y, en el ámbito sonoro, la adopción de modos más contemporáneos.
El complejo fenómeno tendría su expresión en jóvenes creadores a finales de la década de los 60 que los lleva a cantar sobre héroes, epopeyas, vivencias amorosas, conflictos íntimos, la realidad social.
En una lúcida definición, el musicólogo Leonardo Acosta, destacó: “Los jóvenes rescataron a la trova tradicional precisamente porque no la adoraron con fervor religioso, ni se sometieron a sus cánones estilísticos y formales, sino que revivieron su auténtico espíritu, en lo que tenía de fresco y vital, al reanudar aquel mester de juglaría con otras formas, con otros objetivos y a tono con la época que nos ha tocado vivir. Al no repetir sus viejas formas, hicieron vivir su esencia. De ahí lo de Nueva Trova. Decíamos que es muy sencillo: trova porque se relaciona con la de principios de siglo, y nueva porque son nuevos los mensajes y el estilo, traídos por aires nuevos.
Los primeros cultores de la Nueva Trova recibieron la influencia de poetas muy disímiles como José Martí, César Vallejo, Javier Heraud, Walt Whitman, Nazim Hikmet, Tagore, Mario Benedetti y de Nuestro Poeta Nacional, Nicolás Guillén, entre otros. En lo musical también hubo diversidad: Sindo, los Beatles, Bob Dyland, Atahualpa Yupanqui, Vilvaldi, Violeta Parra… y la oleada de la Nueva Canción expresada en países como Argentina, Chile, Brasil y que en Estados Unidos se conoció como “canción protesta”.
Un importante antecedente de la Nueva Trova, el recital en 1967, titulado Teresita y nosotros, en el Museo de Bellas Artes, donde aparece por primera vez en público el trovador Silvio Rodríguez. Participan jóvenes poetas: Víctor Casaus, Luis Rogelio Nogueras, Guillermo Rodríguez Rivera, Félix Contreras...
El mismo año: otro suceso que hay que tomar en cuenta en los inicios de la NT: el programa de televisión, Mientras tanto, dirigido por Eduardo Moya y conducido por el propio Silvio. Verdadera propuesta cultural contribuyó a divulgar lo mejor de la canción; al espacio se sumaron Teresita Fernández, Omara Portuondo, Elena Burke, Leo Brouwer, el cuarteto Los Cañas, Sonorama 6…
El 18 de febrero de 1968, Silvio, Pablo y Noel cantaron en la Casa de las Américas; seria este el primer recital de lo que fue luego la Nueva trova cubana. Invitados por los protagonistas del concierto también subieron a escena: Eduardo Ramos, Vicente Feliú y Martín Rojas. Se afianzan sus intereses artísticos, sus propuestas renovadoras y los cantores profundizan su colaboración con el Centro de la Canción Protesta, organizado por la Casa de las Américas.
Mucho tiempo ha transcurrido nuevas camadas de jóvenes pasaron a integrar el Movimiento, al que llevaron su música, sus canciones.
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