Por Lianne Garbey Bicet
Caminar los diferentes espacios de la XXXII Feria internacional de libro de la Habana, sin dudas, es vivir una experiencia inolvidable. Cada paso por la fortaleza San Carlos de la Cabaña, propicia el encuentro con autores, editores y amantes de la literatura de diversas partes del mundo, que llegan hasta esta ciudad para disfrutar de la fiesta de los libros.
En medio del bullicio que caracteriza este tipo de eventos, tuve el honor de recibir un gesto que marcó el inicio de una conversación inolvidable.
La destacada periodista María Elena Llana fue reconocida con el premio nacional de literatura 2023 y justo después de que los aplausos se apagaran y un enjambre de periodistas esperaba para entrevistar a la autora, la doctora en letras Bárbara Ríez, reconocida por su pasión hacia la literatura cubana, me extendió generosamente un ejemplar del libro "Casas del Vedado", en una versión especial editada en inglés y español.
Intrigada por su profundo vínculo con la isla y su literatura, aproveché la ocasión para conversar con Bárbara. Con una mezcla de emoción y curiosidad, le pregunté sobre su acercamiento a la literatura cubana y, en particular, a la obra de María Elena Llana.
Su respuesta fue un viaje en sí mismo, revelando una conexión que trascendía lo académico para adentrarse en lo personal y emocional. Bárbara describió cómo, siendo aún una estudiante del idioma español, un cuento de Llana capturó su imaginación al punto de decidir dedicar su carrera a estudiar y promover la literatura cubana.
Esta decisión la llevó a un encuentro epistolar con Llana, marcando el inicio de una relación de casi tres décadas con la literatura de la isla.
Al preguntarle sobre lo que estos años le habían revelado, Bárbara destacó la evolución y diversidad de la literatura cubana, “sobre todo en los años 90, cuando se produjo una eclosión de escritoras, mujeres, a partir de la antología que se llama Estatuas de Sal. Sin dudas, este hecho hizo que las personas comenzaran a leer más a la mujer cubana, incluso a los críticos de otros países que han podido acercarnos profundamente a la literatura cubana, más allá de los clásicos.”
En este punto comentó acerca de cómo la obra de Llana y otras escritoras cubanas le permitió explorar complejidades y matices de la realidad cubana, desde sus desafíos sociales hasta su rica tradición fantástica, que complementa y enriquece el realismo mágico latinoamericano. Bárbara también reflexionó sobre el estado actual de la literatura cubana, resaltando la entrada de mujeres en géneros diversos. “Hemos visto a la mujer escritora cubana entrar en la ciencia ficción, en lo gótico. Las escritoras latinoamericanas han logrado acercarse a la complejidad de la realidad, en cuanto a la violencia, las enfermedades, el cuerpo; lo gótico, es algo que se está dando mucho a lo largo del continente. Y cuenta con Elaine Vilar, quien está trabajando mucho ese tema. Entonces lo que he visto es que siempre ha habido escritoras que por alguna razón las llama un género diferente. Entonces es muy diversa la literatura femenina”.
Este intercambio con Bárbara Ríez, en el contexto de la celebración del premio de María Elena Llana, fue un testimonio del poder unificador de la literatura. Gracias a su visión como crítica literaria pude conocer una perspectiva única sobre cómo nuestras mujeres, desde el mundo de las letras, desafían géneros y fronteras y también ofrecen una ventana crítica a los retos actuales de la sociedad.
La pasión de Bárbara por compartir la literatura cubana, simbolizada en el acto de regalarme "Casas del Vedado", distingue la importancia de los encuentros culturales como la Feria Internacional del Libro de La Habana y los premios nacionales, que no solo celebran logros, sino que también invitan a lectores de todo el mundo a descubrir y redescubrir las voces que narran la compleja belleza de Cuba.
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