Foto: Tomada de Periódico 26
Por Liodany Arias Tamayo Especial de la ACN para Mujeres
Por estímulo iría al Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Vladimir Ilich Lenin, de La Habana; sin embargo, prefirió quedarse. Su padre cumplía misión internacionalista en la lucha por la liberación de Angola y su madre estaba a cargo de la crianza de tres hijos, entre ellos la joven Alina de la Caridad Torreblanca Xiques.
En medio de esa realidad, Alina decidió cursar estudios preuniversitarios en el IPVCE Luis Urquiza Jorge, de Las Tunas, para así colaborar por momentos en la formación de sus hermanos menores. Por sus cualidades y su dedicación a los saberes, le pedían que se consagrara al magisterio, pero los sueños y aspiraciones de la tunera la hicieron optar por la medicina.
Al regreso de su padre y ya con la carrera asignada se va a la capital del país, pues en su territorio natal no existía la facultad de ciencias médicas. No obstante, al graduarse en 1988 retornó a la tierra que la había visto nacer 24 años atrás.
“Tuve el honor de que el título me lo entregara el Comandante en Jefe Fidel Castro, al ser parte de la primera graduación del ejército de batas blancas que él fundó.
“Ese momento me marcó para toda la vida pues, en la firma del código de ética, existía algo que se llama incondicionalidad para cumplir cualquier tarea en disímiles contextos, y estar frente a Fidel generaba un compromiso aún más sólido, asegura con un orgullo fácil de divisar en sus ojos.”
Comenzó entonces el proceso de superación constante que devino desvelos, sacrificios y sobre todo mucha constancia. Evolución que fue posible también gracias al apoyo de la familia y, en especial, de su esposo, a quien considera el mayor guardián de su vida por casi cuatro décadas.
Hoy, 35 calendarios después, para orgullo y privilegio del sistema sanitario de salud en la urbe oriental, ella se mantiene como una de las gastroenterólogas imprescindibles del Hospital Provincial General Docente Ernesto Guevara de la Serna.
Aunque formó parte del cuerpo médico de otras instituciones como el Hospital Provincial Docente Clínico Quirúrgico Manuel Ascunce Domenech, de Camagüey; y el habanero Instituto de Gastroenterología, asegura que su casa siempre fue y es el “Guevara”, desde que llegó allí en octubre de 1991.
“En el trabajo docente-asistencial he afrontado otras tareas, pero sin desvincularme, porque lo más significativo para mí como médico es estar en relación directa con los pacientes. Incluso, cuando estuve en la Dirección Provincial de Salud jamás abandoné mi vocación y los servicios de guardia en urgencia, que eran inviolables.”
Pero la galena también cuenta en su amplia carrera con la fortuna de haber integrado por dos ocasiones las brigadas médicas cubanas en la República Bolivariana de Venezuela y, en la primera de ellas, convertirse en la médico personal durante ocho años del presidente de esa nación, Hugo Chávez Frías.
“Cuando empezó el programa me incorporé, en medio de mi licencia de maternidad, a la misión internacionalista y tuve el honor de acompañar en términos médicos al Comandante Chávez. Tengo recuerdos maravillosos de mis experiencias con él, porque realmente era un ser humano exquisito, en su esencia tenía alta consideración por el trabajo de los cubanos y siempre estuvo al tanto de la brigada.
“Retorné a la Patria en el 2013 y dos años después regresé por seis meses. Fue excepcional porque comenzó con un pequeño grupo de Barrio Adentro insertado con la brigada médica José Martí, que nos permitió aprender y dominar temas generales de la medicina; allí no nos podíamos quedar solo con nuestra especialidad, y parte de lo que muchos sabemos hoy es gracias a esa prueba de fuego.”
Recientemente Alina de la Caridad recibió el título de Doctora en Ciencias con una investigación sobre la metodología para el tratamiento del contenido diagnóstico y de enfermedades del tracto digestivo inferior, con indagaciones y recopilaciones que le llevaron más de cuatro años para su discusión.
Con impacto sustancial en el aspecto teórico y metodológico para los aspirantes a especialistas en gastroenterología, el trabajo científico forma parte de la superación que por 35 años ha impulsado la Doctora en Ciencias, médico especialista de segundo grado en gastroenterología, profesora auxiliar e investigadora.
“A la luz de ese estudio, el programa de gastroenterología adquiere nuevos elementos como valores, métodos investigativos y críticos y nuevas formas de teoría. Aplicamos desde ahora la conferencia que aporta elementos para el desarrollo en el proceso de enseñanza-aprendizaje.”
Alina, a la par de las actividades docentes y prácticas, asume desde 2019 las labores partidistas e ideológicas de su centro, misión que también ocupa con orgullo y responsabilidad como una de sus más importantes faenas.
Ella es madre de dos hijos, una maestra de 26 años Licenciada en Educación Especial y un joven de 20 abriles, en condiciones especiales. Asegura que proteger y criar a sus pupilos resulta su labor por excelencia: a ellos se debe y a ellos, sus abuelos y su esposo, dedica todos sus méritos.
“Estoy orgullosa de la familia que me tocó, el camino no ha sido fácil, pero estoy feliz porque son mi razón de vida al igual que la medicina”, refiere la tunera con la resiliencia y el amor como sus principales armas.
Al escribirse la historia de la medicina en Las Tunas, debe incluirse con letras doradas y mayúsculas el nombre de la hoy Doctora en Ciencias Alina de la Caridad Torreblanca Xiques; esa que no solo ha sido médico, sino también madre y patriota.
“Me critican porque he tenido la posibilidad de quedarme en la capital del país en algunos de los mejores hospitales, pero siempre regreso a casa. A lo mejor he perdido muchas oportunidades, pero he ganado otras que me llenan de orgullo, aquí con mi gente.”
Excelente entrevista, por su contenido y por las cualidades excepcionales de su protagonista
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