Por Marilys Suárez Moreno
Palestina. Ese es el nombre que recibe el territorio comprendido entre el Mar Mediterráneo y el Valle del Jordán. Es también la tierra de un pueblo estoico y valiente, sometido a ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Hoy, a estas horas, los palestinos que residen en la llamada Franja de Gaza son bombardeados desde mar, aire y tierra por el ejército israelí, en lo que han llamado “una incursión selectiva".
Como una ola de pueblo embravecido, como una ola de sobrecogimiento y adhesión ante las cruentas imágenes trasmitidas por las redes sociales y los medios difusores, se alza la solidaridad; porque el dolor hermana y se convierte en respaldo, adhesión y, como un tsunami de solidaridad, envuelve al planeta, a esa parte buena de la humanidad que para suerte de los que aman y fundan es tan grande y abarcadora como la inmensidad del mar. Esa solidaridad tan intrínseca de la gente buena sale a flote siempre entre los cubanos y las cubanas, no sólo con las desgracias propias, sino también con las ajenas.
Solidaridad grande, gigantesca y única en su accionar de salvación, que se manifiesta de todas las maneras, porque brota del corazón, como suele suceder entre nosotras y nosotros. Ola inmensa y envolvente, como una gran oleada que busca atravesar océanos y recorrer el planeta en su llamado de urgencia. Una ola necesaria y comprometida del más rápido accionar y que evite la muerte de civiles y personas inocentes de todas las partes involucradas en el conflicto.
El pueblo cubano, solidario como es, no está ajeno al conflicto israelí-palestino que hoy llena de dolor y muerte al sufrido pueblo palestino, necesitado ahora mismo de ayuda humanitaria para paliar en algo la barbarie a que está siendo sometido por los continuos bombardeos en la Franja de Gaza.
No hay manera de describir lo que esta sucediendo allí, donde se reportan hasta el momento más de 6.500 muertos, la mayoría niños, mujeres y adolescentes, hospitales bombardeados y colapsados, edificios de viviendas enteros destruidos y toda la infraestructura poblacional prácticamente arrasada.
El pueblo cubano, que sabe de agresiones, sabotajes, atentados, invasiones y bloqueos siempre ha sido solidario con Palestina, sometido desde hace más de siete décadas a la ocupación de su territorio a costa de las constantes matanzas perpetradas por el ejército ocupacionista; y considera una vergüenza para la humanidad el recrudecimiento de esta escalada que aniquila por completo los derechos fundamentales del pueblo palestino.
Derechos aprobados por la Carta de la ONU e inherentes a toda la humanidad, como son el derecho a la vida, a la tierra, al hogar y otros no menos importantes y vitales para la existencia toda.
Hoy y ahora mismo, Palestina necesita de la solidaridad de todo el mundo y de cuanta ayuda humanitaria sea necesaria. No es una demanda ni un simple ruego, es una exigencia, un requerimiento, una obligación y un deber de todas y todos en el planeta.
Cuba se moviliza en pro de esa solidaridad y respaldo al hermano pueblo de Palestina. Sindicatos, organizaciones políticas y de masa, entidades del Gobierno y del Estado, centros de trabajo y estudios, campesinos, estudiantes, hombres y mujeres de todas partes del país alzan sus voces indignadas por el genocidio que se está cometiendo con los palestinos de la Franja de Gaza, donde un tercio de los muertos son niños y la cifra de heridos y mutilados sobrepasa las 20 mil personas.
La Federación de Mujeres Cubanas no podía estar ajena a esta movilización solidaria del pueblo. Oneyda Hernández, del Secretariado Nacional de esa organización femenina, fue enfática al expresar que “los palestinos son un pueblo de coraje y valentía demostrados en su lucha por librarse del colonialismo y en el reclamo de los refugiados de regresar a su tierra”.
Denunció, asimismo, que el reciente ataque de las fuerzas sionistas ha causado la muerte a miles de personas en esa zona del Levante Mediterráneo, la mayoría mujeres y niños, y ha provocado también el desplazamiento de casi 80 mil personas de sus hogares.
La dirigente de la FMC ratificó la solidaridad de las mujeres cubanas y de su máxima organización con la Unión General de Mujeres Palestinas, que durante más de 50 años han participado intensamente en la lucha por la defensa de las y los prisioneros palestinos encarcelados y por arrojar luz sobre la realidad de las mujeres refugiadas.
Hernández condenó, igualmente, el asesinato que contra civiles y personas inocentes ha desatado Israel en su escalada asesina en la Franja de Gaza.
Dignatarios, entidades internacionales y personas de bien de todo el mundo han mostrado de inmediato su pena y apoyo al pueblo palestino de Gaza, en estas horas difíciles que atraviesa ese territorio. Medicamentos, insumos médicos, antibióticos, plasma, agua, combustible y alimentos esperan los que allí malamente sobreviven.
Solidaridad grande, creciente, imprescindible y para la que no hay ni habrá nunca límites, sólo la solución expedita, amplia, justa y duradera al conflicto israelí-palestino.
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