Redacción
Mujeres
El Primer Secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha pronunciado varios
discursos durante el 78 Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, celebrado en Nueva York, Estados Unidos. Mujeres te propone leer un resumen de
las principales ideas expuestas por el mandatario cubano.
En el debate general de la Asamblea General
de las Naciones Unidas, el presidente de la República de Cuba expuso que
llevaba «la voz del Sur, la de los “explotados y los vilipendiados”, como se le
oyó decir al Che Guevara en esta misma sala hace casi 60 años».
Aludió, además, a la Cumbre de líderes y otros altos
representantes del Grupo de los 77 y China, celebrada en La Habana: «Durante dos días,
prácticamente sin descanso, más de 100 representantes de las 134 naciones que
integran este bloque levantaron sus voces para demandar cambios
que ya no pueden posponerse más en el injusto, irracional y abusivo orden
económico internacional, que ha profundizado, año tras años, las enormes
desigualdades entre una minoría de naciones muy desarrolladas y una mayoría que
no logra superar el eufemismo de “naciones en desarrollo”.
«Nos unió la necesidad de cambiar lo que no ha sido resuelto y la condición de víctimas principales de la actual crisis multidimensional global, del abusivo intercambio desigual, de la brecha científica y tecnológica y de la degradación del medio ambiente», señaló
Si desea leer el
discurso íntegramente, acceda al siguiente enlace: https://www.presidencia.gob.cu/es/presidencia/intervenciones/discurso-pronunciado-en-el-debate-general-del-78-periodo-ordinario-de-sesiones-de-la-asamblea-general-de-las-naciones-unidas/
«Pero también nos une, desde hace más de
medio siglo, el desafío ineludible y la determinación de transformar el orden
internacional actual que, además de excluyente e irracional, es insostenible
para el planeta e inviable para el bienestar de todos.
«Los países representados en el G77 y China,
donde vive el 80 % de la población mundial, no solo tenemos el reto del
desarrollo, sino también la responsabilidad de modificar las estructuras que
nos marginan del progreso global y convierten a muchos pueblos del Sur en
laboratorios de renovadas formas de dominación.
Urge un nuevo y más justo contrato global.
«A solo siete años del plazo fijado para el
cumplimiento de la esperanzadora Agenda 2030, el panorama es desalentador. Esta augusta institución lo ha reconocido ya:
al ritmo actual, no se alcanzará ninguno de los 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible y más de la mitad de las 169 metas acordadas serán incumplidas.
«En pleno siglo XXI, ofende a la condición
humana que casi 800 millones de personas padezcan de hambre en un planeta que
produce lo suficiente para alimentar a todos.
O que en la era del conocimiento y desarrollo acelerado de las
tecnologías de la información y las comunicaciones, más de 760 millones de
personas, dos terceras partes de ellas mujeres, no sepan leer ni escribir.
«Los esfuerzos de los países en desarrollo no
bastan para implementar la Agenda 2030.
Tienen que estar respaldados con acciones concretas de acceso a
mercados, financiamientos en condiciones justas y preferenciales, transferencia
de tecnologías y cooperación Norte-Sur.
«Necesitamos y demandamos instituciones
financieras en las que nuestros países tengan real capacidad de decisión y
acceso a la financiación. Urge una recapitalización de los Bancos
Multilaterales de Desarrollo para mejorar radicalmente sus condiciones de
préstamo y satisfacer las necesidades financieras del Sur. Es necesaria la racionalización,
revisión y cambio del papel de las agencias de calificación crediticia. Resulta
también imperativo establecer criterios que vayan más allá del producto interno
bruto, para definir el acceso de los países en desarrollo a la financiación en condiciones
favorables y a la cooperación técnica adecuada.
«Mientras los países más ricos incumplen su
compromiso de destinar al menos el 0,7% de su producto nacional bruto a la
Ayuda Oficial al Desarrollo, las naciones del Sur tienen que gastar hasta el
14% de sus ingresos para pagar intereses asociados a la deuda externa».
El presidente expuso que «a todos los
problemas y desafíos que caracterizan la realidad de nuestras naciones y
movilizan a los pueblos, se añaden las medidas coercitivas unilaterales,
eufemísticamente llamadas sanciones, que se han convertido en práctica de Estados poderosos que pretenden actuar como
jueces universales para debilitar y destruir economías y aislar y someter a
Estados soberanos.
«Cuba no es el primer Estado soberano contra
el que se lanzan medidas de ese carácter, pero es el que por más tiempo las ha
soportado, a despecho de la condena mundial que cada año se manifiesta de
manera casi unánime en esta Asamblea, irrespetada y desoída en su voluntad
expresa por el Gobierno de la mayor potencia económica, financiera y militar
del mundo.
«No fuimos los primeros y no somos los
últimos. Las presiones para aislar y
debilitar economías y Estados soberanos, hoy afectan también a Venezuela, a
Nicaragua y, antes y después, han sido el preludio de invasiones y
derrocamientos de gobiernos “incómodos” en el Oriente Medio. Rechazamos las
medidas coercitivas unilaterales impuestas a países como Zimbabue, Siria, la
República Popular Democrática de Corea e Irán, entre otros muchos países cuyos
pueblos sufren el negativo impacto de estas.
«Reiteramos la solidaridad con la causa del
pueblo palestino. Apoyamos el derecho a la autodeterminación del pueblo
saharaui. ¡Luchemos por un mundo de paz sin guerras ni conflictos!
«La promoción y protección de los derechos
humanos es un ideal común, que demanda un genuino espíritu de respeto y diálogo
constructivo entre los Estados.
Lamentablemente, a 75 años de la adopción de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, la realidad es muy diferente. Esta temática se ha convertido en un arma
política de naciones poderosas que buscan someter a sus designios geopolíticos
a naciones independientes, fundamentalmente del Sur.
«Defendemos el diálogo y la cooperación como
vías efectivas para la promoción y protección de los derechos humanos, sin
politización ni selectividad; sin la aplicación de dobles raseros,
condicionamientos ni presiones.
En ese espíritu, Cuba ha presentado su
candidatura al Consejo de Derechos Humanos para el período 2024-2026, en las elecciones
que tendrán lugar el próximo 10 de octubre.
Agradecemos de antemano la confianza de los países que ya nos han
otorgado su valioso apoyo.
«De ser electos, la voz de Cuba continuará
alzándose con una visión universal, siempre desde el Sur, en favor de los
intereses legítimos de los países en desarrollo, desde el compromiso
constructivo y la indeclinable responsabilidad con la realización plena de
todos los derechos humanos para todos».
En su intervención en la Cumbre de Ambición
Climática, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Díaz-Canel Bermúdez,
aseguró que el tema que nos convocaba era de supervivencia. «Debe ser, por
tanto, un espacio para compromisos serios y ambiciosos y no para simples
palabras que, si no actuamos con urgencia, se esfumarán sin ningún aporte
concreto a la salvación del planeta».
Si desea leer el
discurso de modo íntegro, acceda al siguiente enlace: https://cubaminrex.cu/es/intervencion-de-miguel-mario-diaz-canel-bermudez-primer-secretario-del-comite-central-del-partido-0
«Para los países en desarrollo, el enfrentamiento
al cambio climático constituye un colosal reto en el contexto de todo cuanto
nos falta para alcanzar el desarrollo sostenible y erradicar la pobreza»,
afirmó.
«Sobre nuestro país, indicó que contamos con
un Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático, «denominado Tarea
Vida, que responde a metas nacionales y compromisos internacionales y contiene
importantes acciones de adaptación y mitigación».
Asimismo, manifestó que el país está empeñado
en elevar la eficiencia energética, desarrollar las fuentes renovables y
promover un desarrollo económico menos intenso en carbono, como se prevé en
nuestro Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2030.
«En ese marco, nos hemos fijado la meta de
incrementar hasta un 24 % la generación de electricidad sobre la base de
fuentes renovables. Se estima que el aumento de la eficiencia y el ahorro
energéticos eviten la emisión de 700 000 toneladas de CO2 a la atmósfera en el
periodo 2014-2030, a lo que se adicionaría la reducción con un transporte
terrestre menos intenso en carbono.
«También nos hemos propuesto aumentar la
cobertura forestal hasta un 33 %, lo que evitaría la emisión de 169,9 millones
de toneladas de CO2, además de la disminución de otros 8 millones por el
tratamiento del 100 % de las aguas residuales del sector de la producción
porcina.
«Las alarmas de la emergencia climática están
activadas hace décadas. El tiempo se acaba, cada vez más velozmente, con cada
día que transcurre sin una acción efectiva en el enfrentamiento al Cambio
Climático. Unámonos en la acción por un
objetivo superior: preservar el planeta, es decir, la vida. Si fracasamos, las futuras generaciones no
tendrán siquiera la posibilidad de perdonarnos», concluyó.
El Primer Secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, se reunió con miembros
de la comunidad de emigrados cubanos, en
Nueva York.
En el encuentro, planteó que resultaba un
placer reunirse, nuevamente, con un grupo de connacionales y «compartir ideas con
los que aman y fundan, los que, como ustedes, preservan sus sentimientos de
respeto, compromiso y amor hacia la patria y hacia la tierra que los vio nacer,
y la desean libre, soberana, independiente y próspera, como también lo soñó
Martí.
«Conocen ustedes muy bien que nuestro país
transita por una situación económica muy tensa, motivada por un conjunto de
factores».
Entre
ellos, están las secuelas a nivel nacional y a nivel
global del impacto de la COVID-19, la crisis económica internacional y el
efecto de la guerra en Europa, todo lo cual era impredecible y rebasa nuestra
capacidad de influencia. Existen, además, problemas internos de nuestra
economía, de la estructura socioeconómica del país y de trasformaciones
necesarias que deben acometerse aun en el contexto de las actuales
dificultades. Sobre esos problemas trabajamos sin descanso.
«Pero también conocen ustedes el impacto
extraordinario y deliberado de la política estadounidense dirigida a
estrangular nuestra economía. No hay otra manera de calificar esa conducta
cruel. El poderío económico de los Estados Unidos y la posibilidad de amenazar,
presionar y perjudicar a cualquier país, le otorga a ese gobierno una capacidad
singular para ejercer el bloqueo económico, obstaculizar los intereses comerciales
y financieros de Cuba en cualquier latitud y provoca grandes limitaciones al
desempeño de nuestra economía.
«Ninguna nación ha debido enfrentar nunca un
desafío tan desigual y prolongado para manejar e intentar desarrollar su
economía, y para salvaguardar el bienestar de su población. Ninguna ha estado
sometida a una política hostil tan amplia, multifacética y persistente como la
que aplica el gobierno estadounidense contra los cubanos.
«Por eso tenemos el deber de denunciar este crimen cuando asistimos a las Naciones Unidas. Por eso contamos con el respaldo casi unánime de la comunidad internacional, y el apoyo y solidaridad de muchos pueblos del mundo, sobre todo de gente humilde, trabajadora y con un sentido de justicia.
Si desea leer el discurso íntegramente, acceda al siguiente enlace: https://cubaminrex.cu/es/intervencion-en-el-encuentro-con-la-comunidad-de-emigrados-cubanos
Del mismo modo, explicó que «nos enorgullece
enormemente y nos llena de emoción constatar que, frente al odio y las
agresiones, amigos y compatriotas a lo largo y ancho de la geografía mundial
colman avenidas y plazas los últimos domingos de cada mes, protagonizando
jornadas de amor y solidaridad y demostrando al mundo que Cuba no está sola».
«Los días 18 y 19 del próximo mes de
noviembre estaremos celebrando en La Habana la IV Conferencia “La Nación y la
Emigración”, como parte del fortalecimiento continuo e irreversible de los
vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior; resultado del diálogo
amplio y franco iniciado en noviembre de 1978, promovido e impulsado por el
Líder Histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz.
«La Conferencia se propone continuar el
camino emprendido con el Diálogo del 78 y las tres anteriores Conferencias “La
Nación y la Emigración”, realizadas en abril de 1994, noviembre de 1995 y mayo
de 2004», aclaró.
Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez estuvo presente en el Acto de Solidaridad con Cuba y Venezuela y en el encuentro comunicó que «somos herederos de un pasado común como colonias; sufrimos la explotación y el saqueo de nuestros recursos naturales y humanos con el cual se beneficiaron y enriquecieron las antiguas metrópolis europeas. Y en épocas contemporáneas nuestros pueblos también han sido víctimas de expresiones de neocolonialismo».
Si desea leer el
discurso de modo íntegro, acceda al siguiente enlace: https://cubaminrex.cu/es/discurso-pronunciado-por-el-presidente-miguel-mario-diaz-canel-bermudez-en-el-acto-de-solidaridad
«Hoy existe un orden económico internacional
que genera y perpetúa el subdesarrollo, que garantiza modos de vida lucrativos
e insostenibles solo para unas minorías, a costa de condiciones de vida
deprimidas para las mayorías tanto en naciones en desarrollo como en países
desarrollados.
«Faltan empleos dignos, sistemas de educación
básicos de calidad, servicios de salud accesibles para todos y otras formas de
justicia social a las que debían tener acceso todas las personas, a las que
debían tener acceso todos los pueblos del mundo, y que hoy no las tienen
grandes mayorías, incluso en los países ricos.
«Es por eso que reclamamos solidaridad y no
egoísmo; cooperación y no rivalidades; trabajo digno y no explotación; armonía,
respeto y tolerancia, y no racismo, ni discriminaciones de ningún tipo.
«Los pueblos tienen derecho a determinar su
destino sin injerencias ni imposiciones extranjeras. Las naciones tienen
derecho sobre sus fuentes de riqueza y sus recursos naturales, los cuales no
pueden seguir siendo patrimonio intocable de las grandes empresas
transnacionales.
«Nuestros pueblos tienen también el derecho a
identificar y rechazar los patrones culturales enajenantes que nos tratan de
imponer, esos que nos tratan de imponer los medios de comunicación, que constituyen nuevas formas de colonización. Tienen como
objetivo desmovilizar, confundir, desorientar y deprimir la capacidad de
movilización y respuesta de nuestros pueblos; promoviendo el egoísmo y el
consumismo; generando apatía y resentimiento, y a la vez celebran patrones de
éxito y bienestar que son insostenibles; desprecian la justicia social y el
valor de las ideas; pretenden que ignoremos nuestra historia y tratan de
dividirnos», agregó.
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