Foto: Tomada de Cubadebate
Por Marilys Suarez Moreno
La dictadura de Batista colapsaba ya en diciembre de 1958, cuando dos campañas importantes se efectuaban, la de Oriente y la de Las Villas. La batalla de Guisa, dirigida por Fidel fue la más grande acaecida en el transcurso de la guerra que marcó el inicio de la ofensiva final, abriendo definitivamente la marcha del Primer Frente Oriental José Martí hacia el centro de la provincia oriental.
En Las Villas, el combate de Yaguajay encabezado por el Comandante Camilo Cienfuegos, fue el colofón de una serie de sucesivas victorias suyas en el norte de esa provincia. Simultáneamente marchaba el Che hacia Santa Clara, cuya rendición el 31 de diciembre, aceleró el triunfo revolucionario.
La fuga del tirano y la euforia popular desatada por el triunfo revolucionario del 1 de enero, fue el detonante que desbordó las ansias libertarias del pueblo que se lanzó jubiloso a las calles. Y aunque el gobierno de los Estados Unidos trató de impedir la victoria con maniobras politiqueras que evitaran la presencia de Fidel, el escenario socio-político de Cuba cambió radicalmente.
La Revolución supo sortear con inteligencia y consciente de lo que se avecinaba, aquellos escollos y se llamó a la Huelga General de enero, con desempeño decisivo en el triunfo, al respaldar con su acción unánime al Ejército Rebelde y desbaratar las maniobras concebidas.
La toma de Columbia y La Cabaña por Camilo y el Che y la acertada conducción de Fidel determinaron la victoria final y enrumbaron a Cuba hacia la hazaña revolucionaria que cambiaría la historia.
La Revolución había triunfado llevando adelante la lucha armada en la Sierra y la insurgencia clandestina en La Habana y el resto del país.
Con el triunfo revolucionario del Primero de enero de 1959, no solo se derrocó a la dictadura de Batista, sino que Cuba emprendió desde las simientes las más radicales transformaciones económicas y sociales en cumplimiento del Programa del Moncada, como la reforma Agraria y la nacionalización de las empresas estratégicas, todas ellas con participación popular.
Como cada año, la fecha se recuerda entre los que vivieron aquel triunfo y las generaciones continuadoras, conscientes de la necesidad transformadora de su accionar revolucionario.
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