Este 10 de diciembre, se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos, en momentos en que el mundo enfrenta grandes desafíos, con el incremento de las desigualdades y la pobreza a causa del injusto orden internacional, el aumento de los efectos del cambio climático, que compromete la vida de las generaciones presentes y futuras, la proliferación del odio, la xenofobia, la intolerancia contra las minorías, el genocidio israelí en la Franja de Gaza que ya cobra más de 44 mil vidas y su expansionismo en otros países del oriente medio la politización, selectividad y manipulación en el tratamiento de los derechos humanos.
En este contexto, Cuba ha ratificado en múltiples ocasiones su invariable compromiso con la promoción y protección de los derechos humanos, de todas las personas, con su carácter interdependiente e indivisible.
Cuba fue el primer país en firmar y segundo en ratificar la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, ha ratificado importantes tratados que brindan un marco jurídico internacional para proteger, respetar y garantizar los derechos humanos de las mujeres y las niñas en toda su diversidad.
En consonancia con estos compromisos, la Constitución de la República, amplía y garantiza la protección de los derechos de toda la ciudadanía, en particular de las mujeres y las niñas, garantiza la igualdad efectiva en el disfrute y ejercicio de los derechos, a vivir una vida libre de violencia, a obtener mayores niveles de equidad y justicia social y garantizar la dignidad plena de las personas.
Significativo, ha sido contar, en todos estos años, con la Federación de Mujeres Cubanas y la certera guía de su presidenta por siempre, Vilma Espín, quien, al referirse a esta cuestión, expresó “Para nosotros, la igualdad no constituye solo un principio de justicia social, sino que es, además, una incuestionable reivindicación histórica, y un derecho humano fundamental”
Las políticas y programas, implementadas a lo largo de todos estos años, para el adelanto de las mujeres, pueden ser constatadas, en indicadores que demuestran la condición y posición de las cubanas en la sociedad.
Entre las dimensiones más relevantes que han condicionado las transformaciones de las mujeres están el acceso universal y gratuito a la educación y la salud, el derecho a un empleo digno, a la toma de decisiones, el respeto y garantía de sus derechos sexuales y reproductivos.
Mucho más pudiera lograr nuestro país si el gobierno de los Estados Unidos pusiera fin al bloqueo económico, comercial y financiero que por 63 años, ha impuesto a nuestro pueblo. El bloqueo persiste, a pesar del reclamo internacional para que se ponga a esa política que constituye una violación flagrante y sistemática de los derechos humanos, y que, por trigésima segunda ocasión, de forma inequívoca, 187 países votaron a favor de su eliminación en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El bloqueo, impide el ascendente y continuo empoderamiento de las cubanas en la sociedad. Asfixia no solo la economía nacional y el desarrollo pleno del país, representa una forma de violencia directa que impacta y entorpece el disfrute de los derechos fundamentales de las mujeres cubanas.
Conocedoras del daño que causa al pueblo y gobierno cubanos, la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, que constituye un elemento más de impedimento a las relaciones con las instituciones bancarias y financieras por las excesivas multas que les impone el Gobierno estadounidense en un acto de naturaleza extraterritorial e ilegal.
Ante la persecución financiera de cualquier gestión que realice el Gobierno para la búsqueda de empresas que nos suministren alimentos, medicamentos, útiles para la educación de nuestros hijos e hijas, recursos materiales para el desarrollo de infraestructuras y combustibles para la generación eléctrica, que constituyen un hito más en las intenciones de destruir la Revolución Cubana por su ejemplo a la América Latina y demás países en desarrollo.
Conociendo de cerca la realidad de discriminación y desigualdad de oportunidades, de carencias y vicisitudes que atraviesan a diario millones de mujeres en el mundo, donde se encuentran desprotegidas ante los actos de violencia patriarcal, con la tolerancia y silencio cómplice de sus propias autoridades.
Declaramos que mantenemos nuestra firme convicción de que ninguna de estas acciones podrá impedir el camino elegido por el pueblo cubano y su decisión irrevocable de construir una sociedad más justa, inclusiva, para el bienestar individual y colectivo de hombres y mujeres, de niños y niñas por su carácter socialista y de justicia social y su naturaleza humana.
Llamamos a no cejar en la lucha ante el genocidio que comete Israel contra las mujeres, niñas, niños, y toda la población palestina, a defender siempre el derecho inalienable de este heroico pueblo a construir un Estado independiente, libre y soberano.
A consolidar la unidad, a unirnos en un esfuerzo continuo y seguro para enfrentar los grandes poderes imperiales, a establecer en el mundo un nuevo orden internacional, que favorezca a todas las poblaciones por igual, a defender la paz y respeto a la dignidad humana.
Nosotras, mujeres cubanas, estamos seguras que con nuestros propios esfuerzos y con la solidaridad internacional que hemos conquistado con nuestra firmeza revolucionaria y su decisión de seguir adelante y de vencer.
Continuemos juntas en nuestro empeño abrazadas al ejemplo de Mariana, de las luchadoras de la sierra y del llano, de Celia y de Vilma, de todas las mujeres que nos antecedieron seguras de que SÍ, SE PUEDE construir una patria libre, independiente y soberana, con todos y para el bien de todos, bajo la guía irrevocable de Martí, Fidel, Rául y de nuestro Presidente Miguel Diaz Canel.
¡Venceremos!
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