Por Eileen Esther Molina Fernández
Fotos: Juan Pablo Carreras
Quienes la conocen, dicen que la doctora Yanet Hidalgo Marrero tiene una magia especial para devolver la vida y la esperanza a neonatos con malformaciones congénitas, que son intervenidos en las primeras horas de nacidos en el Centro Regional de Cirugía Neonatal de la provincia Holguín.
La historia de esta singular mujer, científica y profesora comenzó hace 30 años, en 1995, tras su graduación como Médico General Integral que la llevó directamente a esta especialidad en el Hospital Pediátrico Provincial Octavio de la Concepción y de la Pedraja.
Muchos sentimientos se conjugan dentro de un salón de operaciones, donde el paciente pesa apenas dos kilogramos y el instrumental es a mínima escala, pero la responsabilidad de ofrecer calidad de vida es la mejor emoción de todas para esta holguinera, especialista en Cirugía Pediátrica y Neonatal y formadora de nuevas generaciones.
La superación constante, esfuerzos de largas horas de pie en un salón, protocolización de la atención adaptada a la realidad cubana y un profundo amor por los niños y su familia son el día a día de la doctora Yanet, quien se esfuerza en atender y alentar a todos, no importa si es en el pasillo, la sala de espera o la consulta.
Un paciente con una malformación siempre resulta complejo y la mayoría requiere reintervenciones en los primeros cinco años de vida para corregir secuelas o continuar la reparación del órgano dañado por la patología, por eso el trabajo de cirugía neonatal deviene sacrificado y de mucho amor.
Provenir de una familia de científicos y médicos tiene que ver con el sentido humano de la formación de esta mujer y el ánimo de continuar superándose en el tiempo a través del estudio y ser actualmente una segunda opinión en los exámenes de casos.
El apoyo de ellos, comentó la experta en exclusiva, es algo imprescindible para lograr el éxito y descanso, luego de guardias y operaciones que modifican los hábitos del hogar y restan horas de sueño.
Dentro de la cirugía neonatal, tiene varias competencias entre ellas profesora titular de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, con un doctorado en esta esfera y al frente del comité académico del centro hospitalario, con participación decisiva en la formación de nuevos residentes.
Mucho podría decirse de la trayectoria de Yanet, de su labor como tutora de tesis, su intervención especializada ante casos complejos en otras provincias, las huellas dejadas en generaciones de alumnos, la humildad de consultar la más mínima duda, el amor y la entrega a sus pacientes.
Varios reconocimientos avalan la trayectoria de su carrera, la mayoría de ellos a través de publicaciones científicas, pero el premio más grande es que un paciente diagnosticado con una malformación congénita pueda llegar rehabilitado a su etapa escolar, que inicia en Cuba entre los cuatro y los cinco años de edad.
Por esa capacidad de mantenerse joven, quien la ve por vez primera no imagina que constituye una eminencia en su campo, una mujer excepcional y alguien con el conocimiento y la capacidad para devolver la esperanza y la vida.
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