Por Lianne Garbey Bicet
Laura Moreno, una destacada historiadora mexicana, ha dedicado su vida a explorar y fortalecer los lazos culturales e históricos entre México y Cuba. Su viaje comenzó a principios de los años 2000, cuando llegó por primera vez a la mayor de las Antillas, impulsada por su deseo de investigar el exilio político en América Latina. Desde ese primer encuentro, quedó cautivada por la rica historia de esta Isla y su gente.
“En aquel momento estaba estudiando Centroamérica y luego caí con Cuba. Entonces empecé a investigar sobre todo el período de Julio Antonio Mella hasta los años después del directorio universitario, es decir, entre 1925 y 1940, previo al ascenso de Batista”, relata sobre sus primeras experiencias.
A medida que avanzaba en su investigación, realizó numerosas búsquedas bibliográficas y de archivo, lo que la llevó a colaborar con el Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa y posteriormente con el Instituto de Historia de Cuba. Durante esos años, trabajó bajo la tutoría de Ivette García y otros jóvenes investigadores que fueron fundamentales para culminar su proyecto.
“Mis profesores se volvieron mis amigos hoy día. Entre ellos están René González Barrios, con quien tuve el primer acercamiento, y Joel Cordoví. Una forma de retribuir todo lo aprendido fue escribir un libro y traerlo aquí para que pudiera ser distribuido”.
Su primer texto, “El exilio cubano en México, 1925-1940”, fue solo el comienzo. Posteriormente, coescribió “El asesinato de Julio Antonio Mella” con Gabriela Pulido, en el que a través de fotografías de la época logró crear una narrativa sobre el proceso del asesinato.
Casi dos décadas después del inicio de sus investigaciones en Cuba, su carrera como historiadora la condujo a la dirección del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. En esta nueva etapa, continuó su empeño por fortalecer los vínculos entre ambas naciones mediante proyectos como el foro “Gilberto Bosques Zaldívar: Embajador en Cuba”, que recientemente celebró su segunda edición en la Casa Museo Benito Juárez de La Habana Vieja.
“Al llegar al acervo histórico, mi simpatía por Cuba y por el acercamiento que tenemos nos ayuda a potenciar la necesidad de seguir investigando nuevos vínculos entre ambos países. El tema de Gilberto Bosques no es solo historia; es actualidad. Su trabajo refleja la política exterior de México y nuestra cercanía con el pueblo cubano. Por eso creo que es fundamental explorar los aspectos culturales que nos unen”.
Aunque actualmente Laura Moreno se desempeña como embajadora de México en Chile, gracias a su labor el Acervo Histórico tiene más de 15 acuerdos de cooperación con instituciones cubanas. Estos incluyen la organización de eventos, publicaciones y producciones audiovisuales para defender y preservar los nexos históricos y culturales.
“Nosotros vemos la historia como un presente continuo; esto nos permite una cercanía natural. Ya no es necesario estar explorando o esforzándonos por acercarnos. La historia nos da la capacidad de afirmar que esta relación con Cuba ha sido permanente desde hace mucho tiempo”.
A lo largo de estas etapas de búsqueda e indagación, Laura ha tenido la oportunidad de compartir con varias investigadoras cubanas a quienes agradece profundamente su esfuerzo y enseñanzas: “No solamente aprendes historia, aprendes muchísimas cosas sobre la visión de la mujer cubana, pero también cómo ven las mujeres a Cuba y eso es muy interesante porque aprendes a darle mucho valor a lo que se hace, el trabajo que cuesta llegar a donde estás. Por eso seguimos desarrollando esa idea de que el género tiene que ser importante para nosotras, pues a través de ellas se han mantenido muchos de los proyectos que muy pocas personas saben que han sido creados por mujeres”.
En este sentido, Laura también reconoce un cambio significativo la visibilidad del trabajo de las investigadoras en diferentes campos. Una intención que además ve reflejada en los escenarios diplomáticos de su país, donde afirma que existe una mayor paridad en el papel que juegan las mujeres en la política exterior.
“Recientemente asumió el poder por primera vez una mujer presidenta en México. Esto no solo beneficia al presente; está inspirando a las niñas y jóvenes que ven que esto es posible”, afirmó con orgullo.
“Pasaron 200 años; no es fácil decirlo, pero después de dos siglos que una mujer llegue al máximo cargo en el gobierno nos da no solo esperanza, sino una realidad concreta y palpable. Creo que muchas cosas van a cambiar; incluso los gabinetes en México están formados mayoritariamente por mujeres. Esto es un aliento para nosotros como mexicanos y especialmente para las mujeres”.
“Aparte, hablamos de una mujer que es científica, que es académica, que es política, que tiene una trayectoria de la izquierda mexicana, o sea, para nosotros es algo máximo y creo que va a ser interesante el papel que va a jugar nuestra presidenta en las relaciones regionales y con Cuba, porque si bien hay mujeres presidentas como la de Honduras, lo cierto es que tampoco hay mayoría”, concluyó.
Más de dos décadas han transcurrido desde su primer acercamiento a la historia y cultura de nuestro país. Veinte años en los que esta prominente historiadora y diplomática mexicana se ha convertido en un puente entre México y Cuba, dedicando su vida a investigar y promover los vínculos culturales entre ambas naciones. Gracias a su labor son muchos los que sueñan en seguir explorando estos nexos vitales para construir un futuro más colaborativo y enriquecedor entre nuestros países.
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