Por Roxana Valdés Isasi, Isel Quintana Freyre y Aime Sosa Pompa
Los días en el servicio de Neonatología del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, en Sancti Spíritus, hicieron que Yudenia Rojas Pérez, residente en Pozo Colorado, encontrara consuelo, alivio y, sobre todo, agradecimiento.
En ese recinto de salud de referencia y uno de los más destacados a nivel nacional, después de dar a luz a su segundo bebé y presentar complicaciones en el parto, aprendió del método llamado Piel a piel.
Con una inmensa alegría, describe que ha sido maravilloso ver que Keylor Caleb, reportado de crítico, mejoró en sólo días, gracias a la atención de todos los médicos.
“Muy contenta de poderlo tener conmigo, verlo cada día crecer un poquito más. Darle mi calor es lo más bonito que hay en el mundo. La madre siempre necesita a su hijo, tenerlo así tan cerquita. Y aquí, en Neo, todo el mundo tiene un servicio muy especial.
"Enfermeras, médicos, todo el mundo, muy bueno; esto es lo mejor que hay. Estamos vivos, ¡vaya!, gracias a este equipo que hay, porque yo estuve muy mal, hice un hematoma retro placentario..., yo y el niño, los dos estuvimos malitos malitos, malitos... Le doy gracias a todo el servicio médico de aquí.”
Manuel López Fuentes, especialista de Primer Grado en Neonatología, al frente de la unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del centro, expone que tanto la madre como el recién nacido estuvieron en estado crítico. Fue uno de los casos menos frecuentes atendidos allí.
Durante el parto, a Yudenia se le presentó un hematoma retro placentario, la placenta se desprendió al estar adherida al útero que nutre al bebé a través del cordón umbilical, y hubo que interrumpir el proceso de forma rápida, pero ya va subiendo de peso: “La interrelación entre madre e hijo es fenomenal”, resalta.
La profesionalidad y la entrega del personal de salud salvaron tanto la vida del recién nacido como la de su madre. Una vez más demostraron la valía de los galenos espirituanos dentro de la medicina cubana, a pesar de las restricciones que impone el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.
UN SERVICIO DE AMOR Y ENTREGA
En una de las salas del servicio Neonatología, el Dr. Andrés Heriberto Vargas Martines del hospital espirituano, comienza la atención.
La madre pasa alrededor de 12 horas con su pequeño y, al alcanzar este entre 1400 o 1600 gramos y presentar autonomía al mamar y respirar, son trasladados a otra sala para continuar el proceder en un ambiente acogedor y tranquilo, juntos, madre e hijo, las 24 horas.
El personal especializado orienta a la progenitora sobre los pasos a seguir, la enseñan a lactar, a hablarle, acariciarlo, cantarle y que sienta desde bien cerquita los latidos de su corazón.
Las estadísticas son contundentes: la tasa de supervivencia de los recién nacidos en el Servicio de Neonatología del hospital supera el 98%, un indicador que refleja la excelencia de los profesionales.
Todo esto es parte del conversatorio con el Dr. Manuel López Fuentes, también responsable del Comité de Morbilidad Continua; y tales servicios se deben a la unidad de médicos, enfermeras y todo el personal, además de su especialización.
Desde el comienzo del año a la fecha, han ingresado una veintena de recién nacidos por problemas de bajo peso al nacer y prematuridad.
De más está decir que este hospital destaca por el servicio que redunda en un mejor ser humano que llega a la vida, y se complementa con el parto respetuoso.
A partir de la idea de pediatras colombianos, nació el Método Madre Canguro (MMC), que tuvo amplia difusión y apoyo en los 90, sobre todo en Latinoamérica.
En Cuba se instrumentó en 1994 y la primera provincia fue Pinar del Río; y desde esa fecha ha evolucionado en el país.
Se ha demostrado que es una de las prácticas más efectivas para salvar a recién nacidos en riesgo. Es una metodología innovadora para el tratamiento y manejo ambulatorio de niños prematuros y de bajo peso al nacer.
Sancti Spíritus estuvo entre las cinco primeras provincias en aplicarlo con seguridad y eficiencia. “En parto, hemos logrado un aumento con el muchacho acabado de nacer, en contacto con la madre y la primera tetada, que es fundamental desde cualquier punto de vista, hasta psicológico, afirma López Fuentes, especialista de primer grado en Neonatología.
“Los beneficios del contacto Piel con Piel en el bebé son múltiples. En primer lugar, ayuda a que se relaje, estimulando la secreción de hormonas como la oxitocina. Se siente más seguro y calmado. Cuando siente el olor y el calor de su madre, le ayudará instintivamente a buscar el pecho”, así explica en detalles el Dr. Manuel.
Los expertos en obstetricia recomiendan realizar el contacto del bebé con la madre porque promueve la lactancia materna, favorece el agarre espontáneo y la posibilidad de tener una lactancia exitosa; ayuda a crear un ambiente tranquilo y íntimo.
Además, reduce el estrés producido por el parto, gracias a la disminución del cortisol. Como resultado, disminuirá la irritabilidad y el llanto en el recién nacido.
Investigadores canadienses afirman que los beneficios pueden prolongarse en el tiempo, hasta unos 20 años.
Por otra parte, el contacto ayuda a que se regule el latido fetal y la respiración del bebé, ayudándole de esta forma a adaptarse mejor a la vida extrauterina. Favorece la estimulación del proceso de digestión y el interés por comer.
De igual forma, su piel se beneficia de las bacterias que tiene la epidermis de la madre, esto les ayudará a protegerles de infecciones.
La aceptación de la experiencia en esta unidad del Hospital en Sancti Spíritus demuestra que los especialistas trabajan con mucho amor.
Una de las beneficiadas, Cristina Ramos, agradece muchísimo la atención, así como los esclarecimientos ante cada duda, que la han convertido casi en una enfermera.
La trinitense asegura que el Piel A Piel resulta un método placentero, de infinito amor, donde en poco tiempo palpa los resultados y el crecimiento de su bebé Neidel Abraham, quien tiene un cardio monitor debido de una hipertensión que llevará un seguimiento por cardiopatía pediátrica. Ahora está en las mejores manos del mundo.
“Me lo pongo en el pecho durante bastante tiempo, cogiendo el calorcito de la madre como si estuviera en la barriga. Ahora soy Mamá Cangura. He aprendido bastante.”
Junto a ella el padre sostiene al bebé con ternura, convirtiéndolo en un Papá Canguro. Se siente muy cómodo cargándolo: “me dejan tenerlo bastante aquí con él, siento su calorcito y hasta inclusive llega a portarse bien en mis brazos”.
Es que el acompañamiento de la familia en este proceso resulta trascendental. La paciencia, la guía y los consejos de los más experimentados ante el desarrollo de las actividades afianza los nexos afectivos del recién nacido con los nuevos integrantes del mundo al que llegó.
La Sala de Neonatología del Hospital Camilo Cienfuegos es un ejemplo de que la ciencia y el amor se fusionan para salvar vidas, creando un espacio donde la esperanza y la felicidad se convierten en el latido de un corazón que se fortalece con el calor del amor materno.
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