• Si las puntas de las hojas y sus bordes se ponen de
color café, marchitas, puede ser que la humedad resulte demasiado baja y se
haya secado la tierra de la maceta. O por el contrario, exceso de agua. También
que el agua contenga demasiado cloro, esté salinizada, o haya sido abonada de
más.
• En cambio, si están amarillas, te estarán avisando que les
falta fertilización, están encharcadas en agua, o ubicadas donde existen
corrientes de aire caliente, o muy fuerte que las agrede.
• Abónalas con el agua resultante de la cocción de viandas
y vegetales, de lavar el arroz: ellas te lo agradecerán.
• Fíjate si se le caen continuamente las hojas, si es
así, tienen un problema de escasa
humedad o justamente lo contrario: exceso de agua, aunque pudiera ser que la
hayas cambiado de lugar o de recipiente recientemente y la planta se esté
adaptando al nuevo ambiente.
• De salir muy pequeñas las hojas nuevas, su origen puede
estar en una luz demasiado intensa o, al revés, en la falta de claridad e
incluso en la escasez de materias nutrientes.
• Las áreas muertas de color café en las hojas son señales
de que el agua fría del riego las ha salpicado y después el sol, al calentarlas
y secar sobre ellas esas gotas, las ha quemado.
• Por último, si las ramas nuevas son muy largas, tu
planta te estará diciendo que le echas más sustancias nutrientes de la cuenta,
o bien que la intensidad de la luz es poca, y por eso ella se empina,
buscándola.
De plantas y flores
Cocción, té, infusión,
tintura de cocción, jugo, maceración, polvo... Las plantas y flores ofrecen
múltiples posibilidades de consumirlas, las que aportarán los beneficios que la
medicina natural brinda. Por ejemplo, para la piel sensible puedes utilizar la
manzanilla, que en forma de aceite esencial, sus resultados son milagrosos, y en infusiones,
sirve para el baño como una acción secante, relajante y cicatrizante. Tomada en
forma de té ayuda en los casos de dolores abdominales, las malas digestiones y
las diarreas. En tintura resulta beneficiosa para los estados de ansiedad y
cambios bruscos del humor. ¡Quién diría, tantas cosas
buenas de la simple manzanilla!
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