Por Lianne Garbey Bicet
Si bien los Juegos Olímpicos de París 2024 dejaron un sabor agridulce para la delegación cubana, al terminar en el lugar 32 del medallero con apenas dos títulos y nueve medallas en total, la actuación de nuestros atletas es motivo de respeto y admiración por la valentía y determinación que mostraron en diversas disciplinas.
En el caso particular de las mujeres, es válido destacar su esfuerzo y dedicación, al ser protagonistas de momentos irrepetibles en la historia del deporte cubano.
Desde el atletismo hasta los deportes de combate, las cubanas mostraron un gran nivel competitivo, aunque muy pocas lograron quedar en los tres primeros lugares.
Nuestras deportistas regresaron a casa con una medalla de plata y dos de bronce. Estas preseas representan un hecho sin precedents, al ser la primera vez que atletas cubanas suben al podio en deportes como el canotaje y la lucha, en sus dos variantes de competencia.
Yusneylis Guzmán fue la encargada de abrir el medallero entre las mujeres. Después de varios combates, la luchadora habanera se llevó la medalla de plata en lucha grecorromana en la categoría de 50 kg. Aunque pocos la veían en el podio parisino, la Chiqui dio todo de sí desde su primera pelea. Sin dudas, su desempeño fue un testimonio del arduo trabajo y la dedicación que caracterizan a las luchadoras cubanas.
La canoísta de 22 años Yarisleidis Cirilo alcanzó su mejor tiempo y obtuvo la medalla de bronce en la prueba de 200 metros en canoa individual, en la que ha sido la regata más rápida de la historia.
Como ya nos tiene acostumbrados, la atleta remató en los últimos 100 m para remontar la diferencia que la posicionaba fuera de los tres primeros lugares.
Este logro la convierte en la primera mujer cubana en subir al podio olímpico en esta disciplina, una promesa que había hecho a su entrenador previo a la final del certamen.
Cirilo, quien ya era campeona mundial en 2023, demostró su capacidad y dedicación en cada una de sus siete apariciones en la capital francesa.
Casi al cierre de la cita parisina, Milaimys Marín consiguió su primera presea bajo los cinco aros. La luchadora cubana conquistó la medalla de bronce en lucha libre en la categoría de 75 kg.
En su combate final, Marín venció a la número uno en el ranking y subcampeona mundial Aiperi Medet, de Kirguistán, que no logró marcarle ni un solo punto. Con este combate, la joven de 23 años consolidó el reconocimiento que ha ido ganando el equipo femenino de lucha en el ámbito internacional.
En cada una de estas historias se ve reflejado el relato de superación que ha caracterizado la actuación de las mujeres cubanas en los juegos olímpicos.
Desde la primera participación en 1956, ellas han enfrentado numerosos desafíos en su camino hacia la igualdad en el deporte. A lo largo de décadas, nuestras atletas han demostrado su valía en disciplinas como el judo, el taekwondo, el voleyball y el atletismo, acumulando un total de 13 medallas de oro, 20 de plata y 24 de bronce en la historia olímpica.
Estos resultados destacan a Cuba como uno de los países más avanzados en términos de logros deportivos femeninos, en comparación con otros de la región.
Pese a los desafíos económicos y sociales, las atletas cubanas han logrado superar barreras y alcanzar un nivel de excelencia que las coloca a la vanguardia del deporte en Latinoamérica.
Este éxito no solo se mide en medallas, sino también en la representación y el empoderamiento de las mujeres en el deporte, con un total de 222 representantes en este tipo de competiciones.
Con la vista puesta en Los ángeles 2028, nuestras deportistas cierran un ciclo de grandes logros individuales y colectivos. De regreso a casa, ellas no se detienen y comienzan a escribir nuevos capítulos de sus vidas, marcadas por la perseverancia y consagración en el deporte. Esperamos que en lo adelante sus historias sirvan de ejemplo a quienes hoy deciden iniciar un camino en el mundo del deporte.
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