Yolanda, protagónico de La mujer salvaje. Fotos tomadas de Cubaperiodistas
Por Lianne Garbey Bicet
¿Qué harías si fueras acusada de un crimen que no cometiste? ¿Cómo reaccionarías si tu vida se convirtiera en un infierno por culpa de las mentiras y los prejuicios? ¿A quién recurrirías si tuvieras que huir con tu hijo para salvarlo de un destino cruel? Estas son algunas de las preguntas que plantea la película "Mujer Salvaje", un filme cubano de ficción dirigido por Alan González y protagonizado por Lola Amores, que narra la historia de una joven madre que lucha por el amor de su hijo tras ser acusada falsamente de homicidio.
La protagonista es una joven madre que vive en un barrio marginal con su hijo pequeño. Su vida cambia cuando es acusada injustamente del asesinato de su pareja, un hombre violento y celoso que la maltrataba. El hecho se viraliza por las redes sociales y ella se convierte en el blanco de prejuicios.
Sin embargo, ella no se rinde ni se deja vencer por las adversidades. Con valentía y determinación, decide buscar a su hijo y escapar con él del país. En su huida, tendrá que enfrentarse a todo tipo de obstáculos: la policía corrupta, los matones del barrio, los familiares hostiles y hasta su propio sentimiento de culpa. Pero también encontrará aliados inesperados: personas solidarias que le ayudan a sobrevivir y a demostrar su inocencia.
La película es un drama conmovedor y realista, que retrata con crudeza pero también con sensibilidad las dificultades que viven muchas mujeres en Cuba. La dirección de Alan González es sobria pero efectiva, logrando crear una atmósfera opresiva pero también esperanzadora. El guión está basado en hechos reales ocurridos cerca del director, lo que le da un toque más auténtico y humano a la historia.
La actuación principal es impresionante: Lola Amores entrega una interpretación magistral, transmitiendo con sus gestos y expresiones toda la complejidad emocional de su personaje. Su química con el niño debutante Jean Marcos Fraga es natural y tierna, creando un vínculo especial entre madre e hijo. El resto del reparto también hace un buen trabajo, destacando Isora Morales como la madre abuela del niño.
“No soy una mujer salvaje, soy una mujer libre”, dice la protagonista en una de las escenas más emblemáticas de la película. Con esta frase, resume su lucha por la libertad, la justicia y el amor, valores que trascienden las fronteras y las circunstancias. Mujer Salvaje es una película que nos invita a reflexionar sobre la situación de las mujeres en Cuba y en el mundo, y sobre la importancia de la solidaridad y la resistencia ante la opresión.
Durante el recién concluido 44 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano recibió el reconocimiento de la crítica y el público al llenar las salas de varios cines de la capital. Además de varios premios colaterales, el filme se alzó con los Premios Coral Arrecife, Signis, Especial. Cada uno de estos reconocimientos, la reafirma como una obra que merece ser vista y compartida por todos aquellos que creen en el poder del amor como fuerza transformadora.
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