lunes, 6 de noviembre de 2023

Más que medallas: un relato de valor y victoria en los Juegos Panamericanos



Por Lianne Garbey Bicet

Las Juegos Panamericanos de Santiago 2023 han sido un escenario de éxitos resonantes para las atletas cubanas, cuya contribución ha sido vital para que Cuba se posicionara orgullosamente en el quinto lugar del medallero. No es solo el brillo de las 69 medallas --30 doradas, 22 plateadas y 17 de bronce-- lo que nos cuenta su historia, sino el arrojo y la pasión con las que cada competidora enfrentó, quizás, el mayor desafío de sus vidas para bordar esta zaga de triunfos que resonará por años.

sta competencia multideportiva ha visto a nuestras atletas no solo alcanzar, sino sobrepasar los límites. La pista de atletismo se convirtió en un escenario de leyendas, con Yunisleidy García volando sobre los 100 metros planos, para abrazar una medalla de oro con más de 20 años de ausencia de nuestros anales del deporte. Por su parte, nuestro equipo femenino de relevo 4x100 metros, como un cuarteto sinfónico perfectamente sincronizado, también se bañó en oro, mientras Leyanis Pérez, con un salto triple, y Sahily Diago dominaron los 800 metros, para inscribir nombres en el panteón de los inmortales del atletismo a nivel continental.

En la arena de los deportes de contacto, donde cada combate se convertía en un diálogo cuerpo a cuerpo y una demostración de fuerza y estrategia, las cubanas no solo lucharon sino que triunfaron con una colección de 16 medallas. Yusneylis Guzmán y Milaimy Marín emergieron como campeonas en la lucha libre; mientras que, en judo, la inquebrantable Idalys Ortiz se elevó por encima de todas para reclamar su cuarta presea dorada en Juegos Panamericanos, una hazaña que habla de la tradición y la tenacidad de nuestras judocas.

El relato de estos Juegos Panamericanos se enriquece con las gestas acuáticas del equipo femenino de natación que, en una muestra de efectividad y armonía, rompió el récord nacional en los relevos 4x100 combinado, ascendiendo a un simbólico quinto lugar que vale más que muchos podios. Es un canto a la colaboración, un récord que se erige como un himno al esfuerzo compartido.

En las rutas de Santiago, Arlenis Sierra, como una centella sobre ruedas, se adueñó de la plata en la contrarreloj individual y demostró que la velocidad y la resistencia tienen un nombre femenino en Cuba. No podemos dejar en el tintero la proeza de Taymara Oropesa en el bádminton, cuya medalla de bronce no solo es un metal, es un símbolo, es un mensaje: en Cuba, los sueños deportivos se forjan con disciplina y constancia.

Cuando se hable de estos Panamericanos también habrá que mencionar el nombre de Legnis Cala, como la primera boxeadora cubana en ganar un combate en la mayor competencia deportiva del continente. Ella y sus compañeras marcaron un hecho sin precedentes para nuestro país que, por primera vez, se presentó con un equipo femenino de boxeo en una competencia a este nivel. Su participación en este certamen constituye, sin lugar a dudas, un golpe definitivo a las barreras que durante tanto tiempo habían mantenido a las mujeres fuera del ring en estos juegos.

Con cada zancada en la pista, cada golpe en el tatami, cada pedaleada contra el cronómetro y cada salto en la piscina, nuestras deportistas han narrado una epopeya de excelencia y empeño. Las autoridades deportivas cubanas ven en estos logros la confirmación de una visión, la culminación de un plan que ha llevado a las deportistas no solo a enfrentar 51 finales sino a convertirlas en espectáculos de gloria con un impresionante 57,6% de conversión en oro. Es una visión que trasciende los juegos, mirando hacia París 2024 con la promesa de nuevos laureles y leyendas por venir.

Las atletas de nuestra delegación a los Juegos Panamericanos Santiago de Chile 2023 regresaron a casa portando algo más precioso que el metal de sus medallas: llevan consigo un relato épico de perseverancia y valentía que será fuente de inspiración para las futuras generaciones. En cada competencia, han reescrito la historia del deporte femenino, dejando claro que no existe desafío insuperable ni cima inalcanzable cuando se compite con el corazón y se vive con la determinación de ser eternas.

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