Por Lianne Garbey Bicet
La celebración del Día Mundial del Ballet nos invita a reflexionar sobre el pasado glorioso de Alicia Alonso y también a mirar hacia el futuro con esperanza y determinación.
La Escuela Nacional de Ballet de Cuba, bajo la influencia imperecedera de Alonso, continúa siendo una cantera de talento y un crisol donde los sueños de jóvenes bailarines se forjan con dedicación y disciplina.
Este legado vivo es la promesa de que la danza clásica seguirá siendo una llama ardiente en la cultura cubana.
Este 2 de noviembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial del Ballet, una celebración que destaca la elegancia, la destreza y la belleza de una forma de arte que ha cautivado a audiencias de todo el mundo.
En Cuba, esta celebración adquiere este año un significado especial, ya que marca el octogésimo aniversario del debut de la insigne bailarina cubana, Alicia Alonso, como Giselle.
El 2 de noviembre de 1943 se convirtió en un capítulo inolvidable en la historia del ballet cubano, cuando Alonso se apoderó del escenario para dar vida al personaje de Giselle. Su actuación trascendió las fronteras del arte, dejó una huella indeleble en la danza clásica y llevó el nombre de Cuba a lo más alto.
"Giselle", con su emotividad y complejidad artística, se convirtió en un lienzo donde Alicia Alonso pintó con maestría su talento. Ochenta años después, recordamos con orgullo y emoción aquel hito que catapultó a Alonso a la fama mundial y consolidó su posición como una de las grandes del ballet.
La influencia de Alicia Alonso no se limita al escenario; su legado se vive y se respira en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, una institución que ella misma fundó.
A través de esta escuela, ha cultivado y nutrido a generaciones de bailarines que continúan llevando la llama del ballet cubano con honor y pasión.
En este aniversario, nuestra isla recuerda no sólo la proeza de Alonso, sino que también celebra la vitalidad del ballet cubano.
Desde las icónicas compañías hasta las academias que forman a las futuras estrellas, Cuba sigue siendo un faro en el mundo del ballet y este Día Mundial es la ocasión perfecta para reconocer y aplaudir ese legado.
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