Ilustración: Claudia Alejandra Damiani
Por: Claudia Alejandra Damiani
Publicado en: Desde las redes
Cuando se piensa en Girón, siempre se repite que representó la primera derrota del imperialismo en América, que se venció a los mercenarios en menos de 72 horas y que se cambió a los prisioneros por compotas.
Pero esto no es suficiente para sentir la historia palpitar, para arrojarnos a la línea de fuego entre la adrenalina, el miedo y el repicar de la metralla, para hacernos arder indignados ante la masacre, la incertidumbre de la guerra ni el frenesí de la victoria. Se corre el riesgo de convertir la leyenda en una tarja fría.